"Un ser humano no significa nada. He visto solo gente débil y comparo
a los humanos con granos de arena: hay tantos que no significan nada". Anatoli Onoprienko
La investigación del triple crimen de Macastre se reabre 26 años después. El equipo de criminólogos examina el canal de riego donde apareció el cadáver descuartizado de Pilar Ruiz Barriga.
Una asociación de criminólogos se persona como acusación popular y
busca a familiares de las víctimas para exhumar uno de los cadáveres
Cuatro años antes de que aparecieran los cadáveres de las niñas de
Alcàsser, otros tres menores murieron en extrañas circunstancias en
Macastre. Francisco Valeriano Flores Sánchez, de 14 años de edad, su
novia Rosario Gayete Muedra, de 15 años, y Pilar Ruiz Barriga, también
de 15 años, desaparecieron el 14 de enero de 1989 durante una excursión a
un paraje montañoso de Catadau. Los cadáveres de Rosario y Valeriano
fueron hallados días después, sin signos aparentes de violencia, en
diferentes fechas y lugares de Macastre, pero el cuerpo de Pilar
apareció en Turís tras ser mutilado con una sierra mecánica. Según la
autopsia, la joven estaba aún con vida o acababa de morir cuando le
cortaron un pie con una herramienta de hoja de acero dentada.
El macabro caso, que continúa sin resolver, centra ahora las
investigaciones de un equipo de criminólogos de la Asociación Laxshmi
para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, que se ha personado
ahora como acusación popular en las diligencias abiertas hace 26 años
por un juzgado de Requena.
El coordinador de este grupo de investigadores, el criminólogo y perito
judicial Félix Ríos, asegura que el principal objetivo de la personación
en el procedimiento judicial es conseguir datos que ayuden a reabrir el
caso. «Cualquiera que sepa algo de lo ocurrido tiene ahora la
oportunidad de colaborar en nuestras investigaciones. Pueden mandarnos
información por correo electrónico o mensajes de WhatsApp, incluso con
carácter anónimo», asevera Ríos.
Tras revisar el sumario e inspeccionar los lugares donde aparecieron los
cadáveres, el equipo de criminólogos trata ahora de localizar a
familiares de las tres víctimas, especialmente a los de Valeriano, para
conseguir una exhumación del cadáver del joven y encargar luego un
estudio antropológico forense que establezca con más precisión la causa
de su muerte. «Averiguamos donde está el nicho de Valeriano y
constatamos que Pilar y Rosario fueron enterradas en fosas comunes»,
explica la criminóloga Anna Mendoza, que entrevistó a algunos testigos
para esclarecer ciertos aspectos del caso. La perito realizó también
perfiles victimológicos y geográficos con otros dos miembros del equipo
de investigación: Amós Vanacloig y Mihaela Zlota.
Respecto a la prescripción del triple crimen de Macastre, Ríos manifestó
que es consciente de que no se puede reabrir el caso para la práctica
de diligencias tendentes a localizar a un responsable penal tras haberse
cumplido el plazo de 20 años. Sin embargo, el criminólogo matiza que la
asociación Laxshmi pretende hacer «justicia social» tras ayudar, de
manera gratuita, a familias de víctimas que llevan muchos años buscando
respuestas para esclarecer las muertes de sus seres queridos. «Queremos
averiguar de una manera extrajudicial quién fue el autor del triple
crimen de Macastre», añade Ríos.
Los tres menores de Burjassot, Benimàmet y Benicalap desaparecieron el 14 de enero de 1989 durante una excursión a Catadau. Cinco días más tarde comenzó el rompecabezas macabro con el hallazgo del cadáver de Rosario, con el pantalón desabrochado, en la caseta de un pastor en Macastre. El 27 de enero apareció en la calle Alcácer de Valencia el pie amputado de Pilar; el 6 de abril, un hombre descubrió el cuerpo sin vida de Valeriano -cuando buscaba espárragos cerca de la caseta-; y el 26 de mayo, unos niños localizaron en un canal de riego de Turís el resto del cadáver de Pilar con la cara desfigurada.
La última autopsia desveló un dato muy cruel: la joven estaba viva o
acababa de morir cuando le cortaron el pie con una sierra mecánica. Las
arduas investigaciones de la Guardia Civil y los informes de los
forenses no arrojaron luz sobre la ausencia de señales de violencia en
los otros dos cadáveres, las causas de la muerte y los diferentes
lugares donde aparecieron. Tras saber ahora que los tres menores
murieron entre el 16 y 17 de mayo de 1989, una hipótesis que baraja el
equipo de criminólogos es que Rosario pudo ser estrangulada, pero no
encuentran explicación al hallazgo del cadáver de Valeriano más de dos
meses después -muy cerca de la caseta del pastor- o al descuartizamiento
de Pilar.
Fuente: Las Provincias
Autor:Javier Martínez | Valencia
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