domingo, 26 de febrero de 2012

Perfiles Criminales: Un recorrido por el lado oscuro del ser humano


'El Delincuente Español' es una de las obras sobre las que se apoya el monitor de Vicente Garrido en su despacho de la Universitat de València. El hombre que se pasa el día aprendiendo sobre asesinos, escribiendo o instruyendo sobre ellos sigue embarcado en una cruzada. «Cuanto más conozcamos sus impulsos de matar, más probabilidades tendremos de frenarlos y evitar esas muertes», considera el experto valenciano.


Vicente Garrido Genovés, doctor en Psicólogía y diplomado en Criminología presentará el miércoles su nueva obra «Perfiles Criminales: Un recorrido por el lado oscuro del ser humano» en el Aula LAS PROVINCIAS, un acto que contará con la participación del comisario Juan Vicente Luis Turegano, máximo responsable de la Policía Autonómica de la Comunitat. La obra se presenta como .

Además de desentrañar al milímetro los modos criminales de peligrosos delincuentes de la historia reciente, Garrido reivindica en su libro el papel del perfilador, un especialista con conocimientos psicológicos capaz de comprender de manera integral la mente y las conductas de un asesino a través de sus decisiones y los rastros que deja.

«Su papel es especialmente relevante en aquellos delitos en serie en los que la Policía carezca de pistas», destaca Garrido. «Puede dar aportaciones importantes en la escena del crimen o ayudar en interrogatorios a personas con un trastorno de psicopatía, por ejemplo». Estos profesionales ya están funcionando en unidades de inteligencia criminal de la Policía Nacional y Guardia Civil, pero únicamente a nivel estatal.

Quienes bucean en las mentes más oscuras se topan con un problema que aún no tiene solución. Valga como ejemplo el caso de Castellar. ¿Cómo prever que un hombre aparentemente normal y padre de familia acabe de repente a cuchilladas con tres de sus vecinos? «No tenemos ningún arma para detectar a esos asesinos latentes», lamenta Garrido.

«Sólo hay signos claros cuando se producen las primeras amenazas o se detecta una patología mental». Garrido estima que únicamente los familiares o personas más próximas podrían ayudar a dar la voz de alarma, «pero la respuesta judicial sería muy difícil de gestionar ante un delito que sólo se prevé y no se ha producido».

El peligro de la crisis

El analista de asesinos no cree que la actual crispación social, por sí misma, genere más criminales, «al menos en las circunstancias actuales». «No obstante», matiza, «una concatenación de paro y el consiguiente estrés familiar sí podría repercutir en determinadas personas y acabar con actos homicidas».

Lo primero que uno lee al abrir 'Perfiles Criminales' es una dedicatoria a «los policías que nunca se dan por vencidos». Tras una semana en la que la Policía Nacional ha sido cuestionada e insultada en las calles por las cargas contra algunos manifestantes en Valencia, Garrido, profesor universitario, lanza un mensaje: «Hay que distinguir. Al margen del menor o mayor acierto en estos hechos, la mayoría del tiempo la Policía está sirviendo a los ciudadanos y su actividad es muy necesaria para el mantenimiento de la democracia».

Prever la acción criminal, casi imposible. Pero ¿y curar a aquellos asesinos con impulsos irreflenables de matar? «Las posibles soluciones son el paso del tiempo y aprender a controlar los impuslsos en la cárcel o en un hospital de seguridad», estima el experto. Un homicida de un sólo acto, como el de Castellar, «tiene mejor pronóstico que Ferrándiz o el asesino de la Baraja, aunque haya dejado tres muertos. Una vez han matado sacian su necesidad contenida y ya no encuentran razón para volver a actuar así».

Garrido percibe una peligrosa «competitividad e individualismo» en la sociedad actual, un mundo de «ganadores y perdedores». Estos últimos presentan «una mayor probabilidad de caer en las drogas o incurrir en conductas criminales». Los abismos sociales y la desigualdad, advierte, «pueden ser detonante de violencia». Otro factor que resalta el investigador valenciano es la «emergente presencia de profesionales del crimen en casi todos los países».

Tras leer el libro de Garrido, uno suspira al conocer tanta crueldad entre los asesinos retratados y se pregunta cuándo dejaremos de matarnos. «Nunca», responde el criminólogo tajante. «El ser humano tiene un potencial creador y un potencial de destrucción. Sólo la cultura y la educación pueden ayudar, pero mientras la vida siga siendo difícil y llena de obstáculos, algunas personas seguirán encontrando razones para matar», estima. Es lo que lo ocurrió con José Francisco Planells, Antonio Ferrándiz o Vladimir Rausell, importantes asesinos valencianos que Garrido analiza junto a estas líneas. El perfilador nos brinda su enfoque.

La presentación del libro de Vicente Garrido tendrá lugar el miércoles a las 19.30 horas en el Hotel Astoria Palace. Entrada libre.

Fuente: Las Provincias

miércoles, 22 de febrero de 2012

Revisión sobre el comportamiento de ocultación del cádaver desde un análisis psico-geográfico.


"Ocultar la verdad es la forma más sutil de mentir "



En este trabajo vamos a revisar la literatura científica que ha tratado algún aspecto relacionado con el análisis geográfico y criminológico del abandono del cadáver en una situación de homicidio o asesinato. Aunque la literatura es escasa en cantidad, sí presenta cierta coherencia y consistencia en sus resultados y ofrece algunos datos que pueden resultar de interés en la investigación policial y en la realización del perfil criminológico y geográfico.

Respecto a la manipulación realizada sobre un cadáver podemos distinguir dos tipos de acciones. Por un lado estaría el intento de hacer desaparecer el cadáver, que puede ser definido por la intencionalidad de destruir físicamente el cuerpo de la víctima mediante el fuego o determinados productos químicos. Por otro lado estaría la ocultación, en el que el criminal no destruye el cuerpo, solo lo oculta en un lugar donde nadie lo pueda encontrar. En este trabajo vamos a centrarnos básicamente en esta última acción, aunque mucho de lo dicho sirve para ambas opciones.

En primer lugar deberíamos operativizar el hecho de la ocultación intencionada del cadáver por parte del criminal con dos elementos de análisis, por una parte es una acción, generalmente relacionada con el modus operandi del criminal, pues tiene como objetivo primordial obstaculizar la investigación policial (Jiménez, 2011). Otro elemento importante es que esa acción se lleva a cabo en un lugar geográfico, es la que se suele llamar “escena de abandono” (disposal body site o dump body site en inglés). Si bien la acción de abandonar el cuerpo debe ser un comportamiento analizado para la elaboración del perfil criminológico del criminal, lo cual va a reflejar ciertas características del sujeto que pueden ayudar a su captura, también resulta interesante esa escena desde el punto de vista geográfico, pues puede ser utilizada para la elaboración de un perfil geográfico (Rossmo, 2000)(1).

Aunque todas las escenas de un crimen deben ser tenidas en cuenta, la escena de abandono (EA) es de especial significación puesto que es el lugar donde se encuentra la víctima y una cantidad importante de información para analizar. Por una parte, encontrar a la víctima clarifica la situación policial y jurídica del caso investigado (podemos pasar de una desaparición a un homicidio), por otra, la familia puede reencontrarse con el cuerpo de su familiar, lo cual, aunque supone una pérdida de esperanza respecto a un final feliz, supone también un alivio y tranquilidad emocional para los familiares si lo comparamos con el hecho de no encontrar nunca el cuerpo de familiar e iniciar la fase de duelo. En esta situación siempre queda la herida abierta y un sufrimiento sin posibilidad de llegar a un punto final. A nivel policial, la EA es el lugar donde pueden encontrarse una gran cantidad de indicios para esclarecer el caso, por lo tanto resulta de vital importancia conseguir conocer ésta escena.

La ocultación de un cadáver generalmente implica manipulación del mismo, transporte, esfuerzo y tiempo, lo que aumentan la posibilidad de que existan numerosas transferencias entre la víctima y el criminal (siguiendo la ley de transferencia de Locard). Esta acción supone un coste para el criminal, el cual se pone en riesgo durante todo este comportamiento ya que prolonga el tiempo de interacción con la víctima. Desde el punto de vista del perfil criminológico, los elementos que podemos analizar del comportamiento de abandono nos pueden facilitar información sobre el criminal: conocimiento del lugar, habilidades, inteligencia, tiempo disponible, capacidad de transporte, conciencia forense…). En el caso de crímenes donde el autor teatraliza la escena o muestra un crimen ritualizado, será en esta escena donde lleve a cabo estas conductas de la firma o sello personal, con lo cual podremos analizar también cuestiones relacionadas con su motivación y necesidades psicológicas.

La ocultación del cadáver por parte del criminal obedece principalmente al objetivo de esconder el objeto del crimen (la víctima) al resto de personas, con lo que ello supone:

• Obstaculizar la investigación policial y las posibles consecuencias legales relacionadas con el crimen. Es conocida la frase “sin cadáver no hay crimen”, en relación con esto, muchos asesinatos se quedan solo en desapariciones.

• Eliminar la posibilidad de establecer relación criminal-víctima, ya sea por medio de evidencias forenses o de cualquier otra evidencia que, mediante el descubrimiento de la víctima, puedan unir a ésta con su victimario.

La ocultación del cadáver supone generalmente transporte desde la escena donde se ha cometido el asesinato hasta la EA. En mucho crímenes el autor suele abandonar a la víctima en el mismo lugar donde se ha cometido este crimen, bien porque el hecho de ocultarlo no es posible, bien porque no supone ninguna ventaja o bien porque el criminal no tiene capacidad para hacerlo.

En otros crímenes sí ocurre esto, es decir, el criminal se lleva a la víctima (generalmente ya cadáver) del lugar donde ha cometido el crimen a otra localización donde sea difícil encontrarlo por otras personas (policías o no) o donde el tiempo necesario para encontrarlo suponga una ventaja para huir o desvincularlo del crimen.

El transporte del cadáver está sujeto a varias condiciones:

• Tiempo disponible por el criminal.
• Distancia de desplazamiento posible por el criminal.
• Obstáculos geográficos o personales para el criminal.
• Capacidad de transporte del criminal.
• Lugar escogido para ocultar el cuerpo.

En este trabajo vamos a recopilar principalmente los estudios que han abordado la vertiente geográfica y de desplazamiento del criminal, aunque trataremos de mostrar algunas características del criminal que suelen relacionarse con el comportamiento de la ocultación.

En primer lugar podemos recurrir a la criminología ambiental y nombrar la ley de las actividades rutinarias de Cohen y Felson (1979) que nos dice que los agresores se comportan geográficamente igual que el resto de personas, se mueven por los lugares donde realizan sus actividades diarias, rutas conocidas por ellos para viajar de casa al trabajo, a su lugar de ocio... manteniendo cierta estabilidad geográfica en sus vidas. Por tanto, su actividad criminal también se verá relacionada con esas rutas de desplazamiento, eligiendo para delinquir aquellas zonas que conoce y en las que suele desarrollar el resto de su vida.

Esta consistencia espacial que se refleja en la corta distancia viajada por los criminales para cometer sus delitos ha sido avalada por los estudios de distintos autores como Baldwin, Capone, Nichols, LeBeau, Davies y Dale o Rodhes y Conly entre otros. En el tema que nos ocupa, esta relación entre zona de actividad rutinaria y zona de actuación criminal también debería implicar la zona que el criminal escoge para abandonar el cadáver. En este caso la extensión de esta teoría nos diría que la EA estará relacionada con las rutas de desplazamientos que el criminal recorre en el desarrollo de su vida rutinaria.

En relación con esto se encontraría el concepto de mapa mental, que Bell, Fisher, Baum y Green (1996) definen como una representación muy personal del entorno familiar que nosotros experimentamos, es decir, una representación de nuestra personal forma de comprender el entorno, un esquema cognitivo que nos permite adquirir, codificar, almacenar, recordar y manipular información sobre nuestro entorno y que nos posibilita generar decisiones acerca de acciones de desplazamiento por nuestro entorno, contribuyendo además a generar una sensación de seguridad emocional. Este mapa mental es por tanto un esquema a modo de mapa o plano que el sujeto ha ido desarrollando en la experiencia con su entorno y que le permite desenvolverse y desplazarse por su territorio. Todos poseemos un mapa mental de la zona en la que residimos, de la ciudad y en general de todo el territorio por el cual nos desplazamos a lo largo de nuestra vida. Por tanto, cuando el criminal selecciona un lugar para abandonar el cadáver, éste deberá echar mano, entre otras cosas, de su mapa mental para identificar un lugar que cumpla con los intereses y expectativas de su abandono. Conociendo y sabiendo interpretar el mapa mental que el criminal posee en su cabeza tendremos posibilidades de conocer cómo y dónde realiza sus desplazamientos en sus actividades criminales.

DISTANCIA DE DESPLAZAMIENTOS.

Llevada estas reflexiones al tema de la EA, estudios como los de Nethery (2004) nos indican cómo, en la mitad de los casos que estudió, los criminales vivían cerca de los lugares donde abandonaban el cuerpo de sus víctimas. Es decir, aunque los criminales realizan grandes esfuerzos a la hora de hacer desaparecer el cuerpo de sus víctimas, no recorren grandes distancias ni se desplazan a áreas remotas. Burton (1998) encuentra que el 88% de las víctimas se encontraban a tan solo 43 metros de la carretera utilizada por el criminal para deshacerse del cadáver. De hecho, cuando se usa un vehículo para el transporte del cuerpo, especialmente cuando es adulto, éste no se transporta más allá de 45 metros desde el lugar donde se aparca el vehículo. Si el cuerpo se halla en una zona boscosa, generalmente no se encuentra más allá de 15 metros de algún camino o sendero (Keppel y Birnes, 1995).

Snook (2005) muestra en su estudio como la mediana de la distancia recorrida por asesinos en serie de Alemania entre su residencia y el lugar donde se abandonó a las víctimas fue de 15 Km. Este hallazgo concuerda con el estudio de Lundrigan y Canter (2001) encontrando los mismos resultados.

EDAD DE LA VICTIMA.

Los autores de la teoría de las actividades rutinarias (Cohen y Felson, 1979) mencionada anteriormente nos hablan también que algunas víctimas son más fáciles de transportar que otras, debido principalmente a sus características físicas como peso y talla. En este sentido, algunos estudios han mostrado como los cadáveres de victimas de mayor edad son más proclives a ser abandonados en la misma escena del crimen en comparación con víctimas más jóvenes, especialmente niños y adolescentes (Beauregard et al. 2008).

Algunos estudios como los de Hamfland, Keppel y Weis (1997) o el mismo de Nethery (2004) mencionado anteriormente, nos indican que, cuando la víctima es joven, la menor distancia se relaciona con su propia residencia, mientras que si ésta es adulta, la menor distancia se relaciona con la residencia del criminal.

HISTORIA CRIMINAL.

La experiencia criminal también suele influir en los desplazamientos, de tal forma que los criminales que tienen un historial delictivo suelen alejarse más de su residencia a la hora de abandonar el cuerpo de la víctima en comparación con criminales noveles.

ELECCIÓN DE ZONA.

Nethery (2004) y Rossmo (2000) muestran en sus estudios como la mayoría de los criminales suelen abandonar más frecuentemente los cuerpos de sus víctimas en zonas forestales y boscosas, seguidos de zonas acuáticas y en menor medida en la calle o lugares públicos. Estos dos últimos lugares, como puede suponerse, suelen ser las escenas típicas de asesinatos en los que los
criminales dejan al cadáver en el mismo lugar donde se comete el crimen. Generalmente el criminal selecciona lugares terrestres, siendo solo en torno a un 2º el porcentaje en los que los cuerpos son abandonados en un medio acuático (James, 1991; Burton 1998). Evidentemente, la elección de un medio acuático como un río, lago o mar está condicionada por la existencia de éste en las proximidades al lugar donde se comete el crimen ya que, como hemos visto, el criminal no se desplaza muy lejos para ocultar el cadáver. No obstante, la elección de un medio así puede considerarse ventajoso desde el punto de vista del criminal por varias razones:

• El agua va a potenciar la descomposición de cadáver y va a participar en la desaparición o intoxicación de determinadas evidencias forenses (huellas dactilares, fibras…).

• Una zona subacuática es prácticamente intransitable, por el fondo de un río o un lago no suele pasar nadie, con lo cual las posibilidades de descubrir el cuerpo disminuyen si lo comparamos con una zona terrestre.

• Determinados medios acuáticos, especialmente los ríos, provocan un desplazamiento del cadáver y en su caso alejamiento de la zona del crimen y del criminal debido al arrastre del cuerpo fruto de la corriente del agua.

CARACTERÍSTICAS DEL CRIMINAL.

Hay muy pocos estudios que relacionen directamente el comportamiento de ocultación del cadáver con características psicológicas del criminal, generalmente se establecen relaciones más globales entre las conductas del modus operandi del criminal (entre ellas, la ocultación del cadáver) con características psicológicas que lo describen. La tipología criminal de asesinos en serie más usada en el ámbito del profiling (2), la de organizado/desorganizado del F.B.I presenta a la categoría de organizado como la que describe un asesino que muestra cierta lógica en lo que hace, son metódicos, planifican sus crímenes, son inteligentes y competentes socialmente, relacionándose psicopatológicamente con la psicopatía (Douglas et al., 1992). Dentro de las características que muestran los organizados en su modus operandi se encuentra la trasladar y ocultar el cuerpo de su víctima en un intento por destruir pruebas, comportamiento no desarrollado por los desorganizado, los cuales suelen dejar el cadáver en la misma escena en la que se produce el asesinato.

Beauregard y Field (2008) realizan un estudio de 85 asesinos sexuales que avala esta hipótesis, encontrando que aquellos que muestran características de asesino organizado y que tienen una relación en el momento del crimen tienden con una mayor probabilidad a trasladar y ocultar el cadáver de su víctima. Snook et al. (2005) muestran en un estudio de asesinos en serie alemanes que los que obtienen un mayor cociente intelectual tienden a viajar más lejos para ocultar el cadáver. La edad del criminal también muestra una relación significativa, viajando más lejos desde su residencia los asesinos de entre 20 y 35 años. Salfati (2000), en un estudio de 247 homicidios resueltos en Inglaterra muestra que los asesinos que transportan el cuerpo de su víctima desde la escena del crimen y lo ocultan, suelen mostrar crímenes más expresivos (3), con un gran nivel de impulsividad y agresividad.

Como indicábamos al principio, este tipo de comportamiento criminal ha recibido poca atención científica, englobándose y analizándose la mayoría de las veces junto con otras acciones del modus operandi. Como hemos visto, encaja muy bien con los conocimientos aportados por el análisis del comportamiento geográfico criminal y de las teorías de base de la criminología ambiental, la cuales ofrecen cierta consistencia en sus resultados, aunque sean escasos, aportando datos que pueden ser útiles en la investigación policial siempre y cuando se contextualicen y se valoren de forma global con el análisis del resto de datos de la investigación.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Beauregard, E.; Stone, M.R.; Proulx, J.; Michaud, P. Sexual murderers of children: Developmental, precrime, crime, and postcrime factors. International Journal of Offender Therapy and Comparative Criminology 2008; 52:253–269.

Burton, C. The CATHEM Database: Child murder in the United Kingdom. Paper presented at the International Homicide Investigators Association Symposium 1998; Zutphen, Netherlands.

Cohen, L.; Felson, M. Social change and crime rate trends: a routine activity approach. American
Socio-logical Review 1979; 44:588–608.

Douglas, J. E., Burgess, A. W., Burgess, A. G., & Ressler, R. K. Crime classification manual: A standard system for investigating and classifying violent crime. Simon and Schuster. New York.
1992.

Hanfland, K.A.; Keppel, R.D.; Weis, J.G. Case management for missing children and homicide investigation. Attorney General of Washington. Olympia. 1997.

Nethery, K. Non-familial abductions that end in homicide: An analysis of the distance patterns and disposal sites. Unpublished master’s thesis, Simon Fraser University. Burnaby, BC, Canada. 2004

James, E. Catching serial killers. International Forensic Services: Lansing, MI. 1991.

Jiménez, J. Manual práctico del Perfil Criminológico. Criminal Profiling. Lex Nova. Valladolid. 2011

Rossmo, D.K. Geographic profiling. Boca Ratón (Florida): CRC Press. Florida. 2000.

Salfati, C. G. The Nature of Expressiveness and Instrumentality in Homicide: Implications for Offender Profiling. Homicide Studies 2000; 4, 3, 265-293.

Snook, B., Cullen, R. M., Mokros, A., & Harbort, S. Serial murderer’s spatial decisions: Factors that influence crime location choice. Journal of Investigative Psychology and Offender Profiling 2005; 2, 147–164

(1) Para conocer las características y diferencias entre un perfil criminológico y un perfil geográfico, el lector puede consultar.

Jiménez, J. (2011). Manual práctico del Perfil Criminológico.Criminal Profiling. Lex Nova: Valladolid.

(2) Concepto anglosajón utilizado para referirse al Criminal Profiling o Perfil Criminológico.

(3) La violencia expresiva es aquella que va más allá de la estrictamente necesaria para vencer las resistencias de la víctima o lograr el objetivo del delito. En ocasiones la víctima tiene un carácter simbólico para el criminal.

Gac. int. cienc. forense ISSN 2174-9019
Número 2. Enero-marzo, 2012

Autor: Jorge Jiménez Serrano
Psicólogo criminalista de la International Academy for Investigative Psychology
Correspondencia: yordijs@hotmail.com

jueves, 16 de febrero de 2012

I Congreso Internacional “Crimen, Justicia y Sociedad”


“Los placeres violentos tienen finales violentos”. William Shakespeare


Jorge Jiménez Serrano (Profesor y asesor de Perfiles Criminológicos) ha sido invitado para impartir una conferencia sobre el profiling en la investigación criminal en el I Congreso Internacional “Crimen, Justicia y Sociedad” que se realizará en la ciudad de Oporto. El Congreso está organizando en colaboración entre la Universidad Fernando Pessoa y el Instituto CRIAP. El evento tiene en vista la presentación y el debate de diferentes temas de las áreas de Psicología Jurídica, Criminología, Victimología, Derecho, Sociología, Servicio Social y demás áreas científicas.


Así, se explorarán cuestiones asociadas a la violencia, a las víctimas de crimen y a la violación de derechos fundamentales. También se discutirán aspectos relacionados con la investigación criminal y con el sistema de justicia, con el ofensor y sus derechos, no siendo olvidadas las cuestiones ligadas a los procesos de reinserción del ofensor y de protección de la víctima.

Del programa del evento constan conferencias, workshops, comunicaciones organizadas en diversos paineles temáticos, sesiones de presentación de posters y la presentación de dos libros, un centrado en la Criminología y otro en la Victimología.

El congreso se destina a estudiantes y profesionales de las más diversas áreas científicas que demuestren una cierta afinidad con estos temas.

Programa en formato PDF

jueves, 9 de febrero de 2012

El caso de Jean Luc W. Identificación del cadáver mediante superposición de fotos


"Los méritos deben ser reconocidos a los que lo merecen"


Hace unos días colgaba un post informando que científicos de la UGR habían desarrollado una nueva técnica que permitía identificar cadáveres mediante la comparación del cráneo con alguna fotografía de la persona.

En relación al tema, he encontrado que hace más de 40 años desapareció un niño cerca del frontera francesa, se trataba de Jean Luc Wauters, un niño francés de tres años de edad. Los huesos del niño serían encontrados tres años más tarde. En aquellos años la identificación por ADN era impensable, así que la policía empleó una nueva técnica . Los investigadores superpusieron fotos del niño en vida con las del cráneo encontrado , el resultado fue que tenían exactamente la misma estructura.


La extraña desaparición y muerte de Jean Luc fue un caso pionero en la investigación forense en España. El investigador policial y criminólogo Salvador Ortega junto a otros dos compañeros fallecidos (D. Antonio Gomez Valcarcel, internacionalmente afamado especialista en Lofoscopia y D. Francisco Martinez Gascón especialista en Fotografía, ambos pertenecientes al Laboratorio de Técnica Policial) fueron los expertos que intervinieron en el caso.


En relación al caso Salvador nos comenta:

La técnica como novedad y pionera en las investigaciones científico-policiales, fueron descubiertas y desarrolladas en el año 70, para la identificación de unos restos pertenecientes al niño francés desaparecido en la carretera de Darnius, cerca de la frontera francesa. El menor desapareció en el bosque un Domingo de Ramos, cuando junto con su familia buscaban espárragos en el lugar indicado, parte de sus restos se encontraron años después.


En esa investigación intervino un grupo especial del entonces llamado "Cuerpo General de Policía" perteneciente a los Laboratorios de Técnica Policial y a la Comisaría General de Investigación Criminal. Los tres designados con independencia de la investigación criminal propiamente dicha, desarrollaron esta técnica cuyos detalles y materiales utilizados constan en los informes emitidos a la Autoridad Judicial competente del caso, ademas de a los archivos correspondientes. Las técnicas utilizadas fueron posteriormente validadas por la Escuela de Medicina Legal de Madrid corroborando el éxito obtenido con su descubrimiento y aplicación.

Savador Ortega es el único en vida de los tres expertos que intervinieron en el asunto y pusieron en práctica la técnica descubierta. Salvador siente un profundo agradecimiento a sus compañeros fallecidos, sin los ellos habría sido imposible llegar a las conclusiones y resultados que se llegaron .

Hace unos meses uno de los capítulos emitidos por "Cuarto Milenio", programa dirigido por Iker Jimenez, trató específicamente estos hechos , contando en plató con la presencia de Salvador Ortega.

Aquí os dejamos los vídeos del programa.

Morir de miedo-Cuarto Milenio 1/2



Morir de miedo-Cuarto Milenio 2/2



Mi agradecimiento a Salvador Ortega por su colaboración y amabilidad mostrada.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Quadernos de Criminología "QDC" 15

"La ciencia se compone de errores, que a su vez, son los pasos hacia la verdad." Julio Verne

Gracias a la colaboración de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses " hoy os mostramos el último número de QDC "Quadernos de Criminología", la revista que bajo la dirección de nuestro amigo Carlos Pérez Vaquero edita la " SECCIF".

En el nº 15 de QDC (octubre/diciembre 2011) encontraremos artículos de Alberto Albacete, Juan Antonio Carreras , Roberto Carro, Carlos J. López Gobernado, Victoriano Panizo,Francisco Pérez Abellán, Salvador García, José Carlos Vilorio, Carlos Pérez Vaquero

Como siempre pensamos que la lectura de QDC será de gran interés para todos nuestros seguidores, así que disfruten de este número .



martes, 7 de febrero de 2012

¿Puede un escáncer cerebral detectar la pedofilia?


No soy pedófilo, sólo me gusta la ternura de los niños pequeños....
.Anónimo en facebook.

El científico Jorge Ponseti, de la Sección de Medicina Sexual de la Universidad de Kiel (Alemania), ha publicado un estudio en 'Archives of General Psychiatric', en donde reconoce que es posible detectar la pedofília con el uso de un escáner cerebral.


La investigación ha sido llevada a cabo "con 24 pedófilos, que admitían su condición y que se sentían atraídos por niños o niñas prepúberes, y que estaban recibiendo tratamiento en nuestro centro. A todos ellos los comparamos con 32 adultos sanos a los que les gustaban bien mujeres, bien hombres", reconoce. Así han podido confirmar que "efectivamente, la respuesta cerebral a los estímulos sexuales, visto con resonancia magnética funcional, contiene información suficiente para identificar a los pedófilos con gran exactitud", defiende este experto.

Algunos ensayos anteriores han encontrado diferencias en la anatomía cerebral de los que se sienten atraídos sexualmente por menores, "pero estos cambios estructurales no han sido confirmados a través de los diferentes estudios. A nosotros no nos interesaba saber en qué parte del cerebro se encuentran estas diferencias anatómicas, sino si existen diferencias funcionales y si pueden servir para un uso diagnóstico individual".

Para ello mostraron a todos los participantes de entre 20 y 50 años una serie de fotografías de genitales de niños y niñas, de menores desnudos o sólo de sus caras, así como de adultos en las mismas posturas. "Las imágenes se mostraron sólo durante un segundo. En este tiempo, el cerebro reacciona al estímulo antes de que la persona sea consciente realmente de él, por lo que la respuesta no puede ser engañosa. Además, y para asegurarnos de que estaban atentos a las imágenes, las intercambiamos con fotografías sin contenido erótico en las que aparecía un círculo verde. Ellos debían pulsar un botón cada vez que las visualizaran".

Los resultados

Los datos revelan que las áreas del cerebro que "actúan en los mecanismos de recompensa, cuando algo nos gusta, y que están relacionados con la sexualidad, son similares en el grupo de pedófilos que en el grupo control. Lo que sucede es que la respuesta neuronal de los pedófilos ante las imágenes de niños desnudos es distinta de la de las personas sanas. En otras palabras, en las personas sanas no se produce estímulo al ver fotos de menores", insiste el director de la investigación.

Posteriormente, los científicos alemanes llevaron a cabo un segundo análisis en el que se comparaba la actividad neuronal de cada participante con la de ambos grupos, el de pedofilia y el control.

"Introdujimos los datos en el ordenador con el fin de averiguar si dicha actividad cerebral correspondía al grupo de afectados de pedofilia o al de sanos. Finalmente, y tras varios algoritmos informáticos, pudimos establecer si una persona tenía altas o bajas probabilidades de ser pedófilo. En el 95% de los participantes esta decisión fue correcta", reconoce Jorge Ponseti. Y todo "con un 100% de especificidad (la probabilidad de que para un sujeto sano se obtenga un resultado negativo en la prueba) y un 88% de sensibilidad (la probabilidad de que para un sujeto enfermo se obtenga en la prueba un resultado positivo).

Aclara que durante la realización del ensayo "hemos discutido mucho sobre la aplicación de la RM como herramienta de diagnóstico en la pedofilia y los aspectos éticos que le rodean. Porque el interés por un menor, por ejemplo, no significa que se vaya a abusar de él", añade.

El futuro

De hecho, aclara "cuando un adulto comete un único delito con un menor tiene un 50% de posibilidades de ser pedófilo, porque pueden existir otros componentes como es el del miedo a acercarse a una mujer adulta o que haya tomado alcohol, drogas, etcétera. Cuando los delitos son cinco, por poner un ejemplo, sabemos que sí lo es. Nosotros queremos esta prueba, que consideramos objetiva, para poder establecer quién se va a beneficiar realmente de la terapia de la pedofilia, que puede consistir en fármacos que inhiben la actividad sexual. Los otros casos se tratarán de forma distinta, con psicoterapia encaminada a reconducir la sexualidad".

El científico Ponseti admite que ya está pensando en sus estudios futuros. "Ahora queremos hacer el mismo trabajo pero con pedófilos que no reconocen que lo son, algo que le sucede a la mayoría, y con hombres sanos a los que vamos a pedir que intenten controlar sus impulsos, sus respuestas, para ver si pueden 'engañar' al escáner".

Fuente. Elmundo.es

domingo, 5 de febrero de 2012

Crean una técnica que permite identificar un cadáver al comparar su cráneo con una foto del sujeto vivo

Los muertos también hablan..


Científicos de la Universidad de Granada han desarrollado una nueva técnica que permite identificar un cadáver comparando su cráneo con una o varias fotografías del sujeto en vida. Este sistema, basado en la técnica de identificación forense conocida como superposición craneofacial, se fundamenta en el análisis de la morfología de la cara que se realiza al localizar unos puntos de referencia tanto en el cráneo (puntos craneométricos) como en la fotografía (puntos somatométricos).

Según los autores de este trabajo, los puntos de referencia que en la actualidad se consideran en el mundo para analizar los caracteres del cráneo no se corresponden en realidad con los de la piel y partes blandas del sujeto con vistas a determinar cómo era la persona viva. Los científicos de la UGR han determinado las relaciones reales que existen entre los puntos de referencia de los huesos con los de la cara del sujeto vivo. Con esta nueva técnica, han logrado una gran fiabilidad en la identificación de individuos, por medio de la comparación de puntos, unida a una rapidez y bajo coste hasta ahora desconocidos.

Uno de los resultados obtenidos en este estudio ha sido demostrar que la relación entre los puntos del hueso y de la piel no son perpendiculares, como se ha querido indicar en otros trabajos previos, sino que existe una relación euclídea entre ellos, es decir, que hay un ángulo que varía en función de la relación entre cada par de puntos.

Más barato y tan fiable como el ADN

El autor principal de este descubrimiento, Fernando J. Navarro Merino, del Departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la Universidad de Granada, afirma que la técnica de superposición craneofacial se puede realizar de forma rápida, ágil y fiable, con el fin de determinar la identificación de un individuo. “El análisis es además mucho menos costoso que otras técnicas, que se aplicarían si fuera necesario y en última instancia. Sirve de apoyo y de descarte fiable previo a otras técnicas más costosas o lentas, como el ADN.

En particular, con la técnica desarrollada en la UGR se puede identificar a un individuo entre varios posibles, restringiendo de manera muy considerable el número de candidatos que podrían corresponder con el cráneo encontrado. Finalmente el resultado puede ser confirmado por las otras técnicas. Esto puede ser de gran importancia tanto en casos particulares de personas desaparecidas como en desastres en masa.

Para materializar esta investigación, sus autores trabajaron con una muestra de estudios tomográficos (TAC) de 500 sujetos de origen mediterráneo, clasificados según sexo y edad, procedente de los Servicios Centrales de los Hospitales de Castilla la Mancha (SESCAM), con quien el laboratorio de Antropología Física de la Universidad de Granada tiene un convenio de colaboración. Así, crearon una base de datos con las coordenadas tridimensionales de la localización en el espacio de cada uno de los puntos, tanto craneométricos como somatométricos faciales. A partir de las coordenadas de cada landmark, se ha estudiado la relación espacial que existe entre cada par de puntos (cráneo-cara) y se ha obtenido un vector y un módulo vectorial que indica la dirección, sentido y distancia que relaciona cada par de puntos. El objetivo es que dicho vector (que va desde el cráneo hasta la piel del sujeto) sirva de referencia cuando únicamente contamos con el cráneo.

Identificación con sujetos vivos

A continuación, los investigadores trataron de analizar los resultados del estudio anterior en casos reales de identificación de personas de las que sólo se conserva el cráneo. Para ello, obtuvieron imágenes volumétricas del cráneo del individuo a identificar mediante un escáner tridimensional. Posteriormente, crearon un modelo 3D del cráneo completo (un “cráneo virtual”). Sobre este modelo 3D localizaron y marcaron los puntos craneométricos faciales, y colocaron los puntos somatométricos en las fotografías (cedidas habitualmente por la familia o los cuerpos de seguridad) sobre las que se iba a realizar la superposición. Gracias al estudio vectorial de la primera etapa del trabajo, lograron mejorar la fiabilidad y agilidad a la hora de aplicar la técnica de identificación por superposición craneofacial.

En el ámbito de la superposición craneofacial, esta investigación es pionera en el mundo, ya que se basa en el estudio de la relación entre puntos faciales reales tomados en el individuo vivo directamente mediante el uso de TACs para una población mediterránea. Hasta ahora, solo se había hecho a partir de cadáveres, lo cual suponía una gran dificultad y un indeseado número de errores. La investigación ha sido dirigida por los profesores Miguel C. Botella López, Inmaculada Alemán Aguilera y Sergio Damas Arroyo.

Contacto: Fernando J. Navarro Merino. Departamento de Medicina Legal, Toxicología y Antropología Física de la Universidad de Granada. Correo e.: fusely@ugr.es


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UNIVERSIDAD DE GRANADA
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miércoles, 1 de febrero de 2012

Curso de Perfilación Criminal

"Las cosas no son siempre lo que parecen, las apariencias engañan a muchos; pero la inteligencia de unos pocos, percibe aquello que se oculta". Fedro.

Hoy os mostramos un interesante curso sobre Perfilación Criminal que seguramente será del agrado de nuestros seguidores. El curso cuenta con un profesorado compuesto por verdaderos profesionales expertos en la materia.



Fecha de inicio: 09/03/2012

Fecha de finalización: 24/03/2012

Horario

Viernes, de 16’00 a 21’00 h.; y sábados, de 09’00 a 14’00 h.

Fecha límite de inscripción: 27/02/2012

Nº de plazas

Mínimo:30
Máximo:35

Organizado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Económicas

Profesorado

Juan Enrique Soto Castro, Inspector Jefe de la Sección de Análisis de Conducta de la Unidad Central de Inteligencia Criminal de la Policía Nacional.

Nuria San José Pascual, Subdirectora de Tratamiento del Centro Penitenciario de Villanubla

Jorge Jiménez Serrano, Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid

Nº de horas : 30

Nº de créditos: 1’5

Destinatarios :

Alumnos de Criminología de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.

Público en general interesado por la temática del curso.
Objetivos


Adquirir los conocimientos más importantes en relación a la Perfilación Criminal y las habilidades necesarias para poner en práctica las técnicas de perfilado.

Contenidos


1. Fundamentos biopsicológicos de la conducta criminal

Multicausalidad de la conducta criminal

Evaluación de la peligrosidad de un individuo: evaluación del riesgo de reincidencia

Prevención y Tratamiento

Casos prácticos



2. Técnicas de investigación psicológica: introducción a la perfilación criminal

Introducción al perfilado criminal: Concepto de perfil y aplicaciones prácticas

Análisis sobre la escena del crimen

Análisis sobre el perfil geográfico

Casos prácticos



3. Técnicas de investigación psicológica: aplicaciones prácticas

Tipos de técnicas de perfilado y Conceptos básicos

Análisis del autor del delito: Elaboración de perfiles

Perfil del perfilador y elaboración del informe del perfil

Casos prácticos

Inscripción : 75 €


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