
Autor: María Laura Quiñones Urquiza
Este artículo tiene como objetivo profundizar en aquellas personas a quienes la psicología y la psiquiatría han dado en llamar psicópatas, sociópatas, y, a algunos de ellos, la criminalística y el grueso de las personas llaman delincuentes, en algunos casos hasta criminales. Haremos una aproximación al estudio de su personalidad, dejando de lado, en esta oportunidad, a todos aquellos que padecen adicciones, trastornos del sueño, patologías orgánicas comprobables tales como demencias, oligofrenias, epilepsias; y también a las alteraciones profundas de la personalidad como esquizofrenias, psicosis delirantes crónicas, trastornos bipolares o alguna otra en que la psicopatía no sea la base primaria.
Puede ocurrir que la infancia del psicópata haya estado colmada de vivencias de terror y desamparo. Sabemos que lo ocurrido en la infancia será recordado toda la vida y es uno de los ejes que formará nuestra personalidad.
Puede ocurrir que la infancia del psicópata haya estado colmada de vivencias de terror y desamparo. Sabemos que lo ocurrido en la infancia será recordado toda la vida y es uno de los ejes que formará nuestra personalidad.
Nuestra memoria almacena ABSOLUTAMENTE TODO, hasta lo traumático. Prueba de esto es la ley de Ribot, basta escuchar los relatos de los ancianos, cuya memoria anterógada, es decir inmediata es casi nula, pero la retrógrada no. Recuerdan hasta el más mínimo detalle de su infancia y juventud. Este fenómeno hace sospechar que, probablemente, las vivencias infantiles traumáticas hayan sido reprimidas originariamente, lo que no significa que no influyan en la adultez a modo de secuela, como el haber padecido abusos físicos, sexuales o emocionales en la infancia.
Diferentes Posiciones Respecto a la Etiología:
Posición intrínseca, algunas sostienen la predisposición genética para este desequilibrio, como por ejemplo algunas de las corrientes anatomistas sostienen que se puede dar por una insuficiencia sub cortical, alteraciones del lóbulo frontal primarias o por traumatismos, Síndrome de Alcoholismo Fetal, etc.
Posición extrínseca, establece que la sociedad contribuye a la emergencia de sus criminales, incluye por supuesto a los factores ambientales, así como también a los vínculos primarios y secundarios.
Posición extrínseca, establece que la sociedad contribuye a la emergencia de sus criminales, incluye por supuesto a los factores ambientales, así como también a los vínculos primarios y secundarios.
Posición psicoanalítica, nosográficamente coloca a la psicopatía dentro de las perversiones sexuales, no genitales, si no más bien en relación al “LIEBEN”, al afecto hacia las otras personas. Existiría una no superación del complejo de Edipo, una no asunción del complejo de castración y una negación de la prohibición del incesto, internalizando una resolución edípica patológica. Hay un ideal del Yo Narcisista.
Para otras corrientes psicológicas el psicópata busca un complementario, lo trata de encontrar en su víctima, al no conseguirlo le sobreviene tensión, probablemente angustia, por lo que la hace culpable de esta falta y a modo retaliativo descarga en ella su desprecio.
Para otras corrientes psicológicas el psicópata busca un complementario, lo trata de encontrar en su víctima, al no conseguirlo le sobreviene tensión, probablemente angustia, por lo que la hace culpable de esta falta y a modo retaliativo descarga en ella su desprecio.
El DSM IV
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (APA)
La “Biblia” de la psiquiatría establece cuatro grupos de criterios generales para diagnosticar al Trastorno Antisocial de Personalidad:
TABLA 1. Criterios diagnósticos para el trastorno de personalidad antisocial según el DSM-IV
La “Biblia” de la psiquiatría establece cuatro grupos de criterios generales para diagnosticar al Trastorno Antisocial de Personalidad:
TABLA 1. Criterios diagnósticos para el trastorno de personalidad antisocial según el DSM-IV
Criterio Descripción
Criterio A A1. No hay adaptación a las normas en torno al comportamiento legal
A2. Desprecian deseos, derechos y sentimientos de los demás.
Engañan y manipulan para sacar provecho propio
A3. Incapacidad para planificar el futuro
A4. Irritables y agresivos (pelea física)
A5. Despreocupación por la propia seguridad y la de los demás
A6. Continua y extremadamente irresponsables
A7. Tienen poco remordimiento por las consecuencias de sus actos
Criterio B El individuo debe tener, por lo menos, 18 años
Criterio C El individuo debe tener algunos síntomas de trastorno disocial de
personalidad antes de los quince años
Criterio D El comportamiento antisocial no debe aparecer exclusivamente en el
transcurso de una esquizofrenia o de un episodio maníaco
Estos rasgos se observan de modo acotado en la infancia, mostrando su esplendor en la adolescencia, pudiendo ser confundidos con la rebeldía que se espera en este estadío.
personalidad antes de los quince años
Criterio D El comportamiento antisocial no debe aparecer exclusivamente en el
transcurso de una esquizofrenia o de un episodio maníaco
Estos rasgos se observan de modo acotado en la infancia, mostrando su esplendor en la adolescencia, pudiendo ser confundidos con la rebeldía que se espera en este estadío.
El efecto en los niños:

Poniendo en activo lo que vivieron pasivamente
Siguiendo esta suposición, el efecto residual de ser víctima de pedofilia, de maltrato físico o verbal de extrema crueldad durante la infancia, podría contribuir en algunos casos a cometer crímenes, somatizar el dolor, escindir la personalidad, continuar el dolor eligiendo el masoquismo o el sadismo como modo de relacionarse con las personas o como preferencia sexual, repetir estos episodios con los propios hijos o buscar ayuda.
Siguiendo esta suposición, el efecto residual de ser víctima de pedofilia, de maltrato físico o verbal de extrema crueldad durante la infancia, podría contribuir en algunos casos a cometer crímenes, somatizar el dolor, escindir la personalidad, continuar el dolor eligiendo el masoquismo o el sadismo como modo de relacionarse con las personas o como preferencia sexual, repetir estos episodios con los propios hijos o buscar ayuda.
Reconocemos como atípicas a aquellas personas que salen de la norma, es decir cuyos requerimientos no son los del común denominador. No cualquiera decide vivir del esfuerzo de los demás de modo parasitario, ni se regocija con el dolor ajeno (aquí excluyo al par antitético del sado-masoquismo, en el que hay ya un acuerdo tácito entre cada uno de los integrantes adultos). Me refiero más bien a aquellas personas cuyo estilo de vida es causar concientemente malestar a su alrededor, sin importar las consecuencias, y en muchos de los casos cotidianos como el de los psicópatas que en función de su poder económico hacen sentir a sus empleados como lacras inservibles, sometiéndolos a rigurosidades que denotan su crueldad e infringen la ley, o los acosan sexualmente, etc..
En un principio la mayoría suelen ser personas encantadoras, sobre todo los estafadores: serios, caballeros, sumamente inteligentes, tal es así que pueden lograr sus objetivos y reconocen las personas y los medios para llegar a ellos. Saben cómo hacer para sacarle a alguien lo que posee hasta dejarlo sin nada; también cómo fagocitar a sus semejantes, corromperlos logrando que cometan actos ajenos a su educación o principios éticos. Son personas muy duchas en el arte de la observación, que se valen de un “olfato” especial para encontrar a aquellas personas que van a envolver con sus encantos, ya sea desde el sometimiento, la seducción, o aparentando “mala suerte en la vida”, solos, sin un amigo de la infancia o amigo de “toda la vida”, se presentan en la vida de las personas. Muchas de sus víctimas piensan: “pobre, se ve que en la vida no ha tenido suerte”, “qué raro que en la familia nadie lo quiere, debe ser como él dice: no lo comprenden”, una vez que él ha logrado esto, es usted bienvenido a su circuito psicopático.
El prestigioso Psiquiatra y escritor argentino Dr. Hugo Marietan sostiene que los atípicos tienen entre sus rasgos la habilidad de saber lo que el otro necesita, de ponerse en el lugar del otro, de lograr una EMPATIA UTILITARIA.
El prestigioso Psiquiatra y escritor argentino Dr. Hugo Marietan sostiene que los atípicos tienen entre sus rasgos la habilidad de saber lo que el otro necesita, de ponerse en el lugar del otro, de lograr una EMPATIA UTILITARIA.
Esto posibilitaría entrar en la vida de su elegido, tal es así que sus victimas suelen tener determinado perfil: mujeres solteras, hombres mayores, niños, etc.
Con el tiempo el delincuente puede perfeccionar cada vez más su destreza, su técnica.
En el caso de algunos asesinos en Masa puede ser importante la etnia, religión, clase social, es decir el grupo de pertenencia de sus víctimas, pero para otros la identidad es irrelevante.
Caso diferente es el de los criminales asesinos itinerantes para quienes no es importante el perfil de sus víctimas y las eligen al azar.
Con el tiempo el delincuente puede perfeccionar cada vez más su destreza, su técnica.
En el caso de algunos asesinos en Masa puede ser importante la etnia, religión, clase social, es decir el grupo de pertenencia de sus víctimas, pero para otros la identidad es irrelevante.
Caso diferente es el de los criminales asesinos itinerantes para quienes no es importante el perfil de sus víctimas y las eligen al azar.

En la esfera afectiva sufren como todos nosotros, pero solo si no han logrado su objetivo o porque han cometido un error. No sienten remordimiento por el daño ocasionado a las personas. No hay registro de culpa por sus impulsos, por el sufrimiento que pueden causar a los otros: robos, estafas, abusos, violaciones, asesinatos, etc.
Para poder captar instrumentos para sus fines, es decir personas cosificadas, se valen de su encanto e inteligencia que muchas veces tiene un coeficiente intelectual por sobre la norma. En ocasiones su nutrida cultura les sirve de ARMA para deslumbrar y manipular. Las personas son cosificadas tal como muebles, objetos a los que se puede romper o una vez utilizados desechar. Ni piense en tener entidad de persona para el psicópata, usted no es igual a él, usted es inferior.
“Ellos se lo merecen por confiar en mí”, “ellos me provocaron”, “sí, ya sé que tiene 4 años, pero la niña me sedujo” son algunas de las cosas que llegan a responder al ser descubiertos. El remordimiento ante el sufrimiento ajeno no se observa, pero esto es porque simplemente NUNCA HUBO CULPA PARA ESTOS HECHOS. Todo fue una gran mentira: “Ellos se lo buscaron”.
Con los años se van especializando en el delito, lo que podría probar que sí aprenden de sus errores en cuanto a su modus operandi, sin embargo su relación con las personas será utilitaria.
Con los años se van especializando en el delito, lo que podría probar que sí aprenden de sus errores en cuanto a su modus operandi, sin embargo su relación con las personas será utilitaria.
El psicópata tarde o temprano se mostrará tal cual es, esa mascara de la cual se valió para envolver a su víctima se caerá, dejando en evidencia su verdadero rostro, una vez que la víctima está completamente dominada por el psicópata. Toda esa comprensión simulada, la bondad, generosidad, el cariño, la preocupación hacia los otros, su ayuda permanente y de la cuál probablemente han hecho depender a sus víctimas: DESAPARECE y de la peor manera: con el plus de placer que le da el ver desestabilizada a su victima. Por supuesto que si existe la posibilidad de ir a enfrentarlo, el psicópata negará todo y hará ver que el otro, la víctima, es el culpable de todo lo acontecido, y hasta él puede recurrir a la violencia o le cerrará la puerta en sus narices, obviamente todo lo hará sin una pizca de vergüenza.
Muchos psicópatas suelen tener la sangre fría necesaria para ejecutar actos arriesgados con un mínimo error. Las situaciones de presión que pondrían nervioso o tenso a cualquier persona, como por ejemplo, robar, mentir, o las de depredación como torturar sexualmente hasta matar para luego diseccionar el cadáver o utilizar un arma para matar un niño indefenso, a ellos los hace sentir como “en casa”, porque son los amos y señores de la situación, saben imponer el miedo a los otros.
Muchos psicópatas suelen tener la sangre fría necesaria para ejecutar actos arriesgados con un mínimo error. Las situaciones de presión que pondrían nervioso o tenso a cualquier persona, como por ejemplo, robar, mentir, o las de depredación como torturar sexualmente hasta matar para luego diseccionar el cadáver o utilizar un arma para matar un niño indefenso, a ellos los hace sentir como “en casa”, porque son los amos y señores de la situación, saben imponer el miedo a los otros.

La adrenalina para el común de las personas implica una reacción de tensión, es decir un desequilibrio de la homeostasis. En el psicópata la descarga de adrenalina es sinónimo de sensaciones placenteras y es por eso que se adapta a las situaciones arriesgadas sin temor por la incertidumbre. Muchos durante la tormenta psicopática descargan toda su crueldad y todo su odio, por ejemplo algunos psicópatas mientras vejan a sus víctimas sin penetrarlas llegan al orgasmo, tal es el caso de algunos antropófagos, a quienes comer a su víctima les produce el vaciamiento de sustancias genésicas.
Para ser considerado psicópata, los Rasgos Psicopáticos descriptos deben ser persistentes, es decir deben formar parte de un patrón de conducta: El psicópata siempre fue así.
Para ser considerado psicópata, los Rasgos Psicopáticos descriptos deben ser persistentes, es decir deben formar parte de un patrón de conducta: El psicópata siempre fue así.
Los rasgos psicopáticos son egosintónicos, es decir tienen sintonía, armonía con el yo del psicópata, no se vivencian como extraños, por lo tanto no existe conciencia de la anomalía, razón por la cual no acuden voluntariamente a recibir ayuda terapéutica. Los tratamientos psicológicos dependerán del abordaje que decida hacer el profesional. En algunos casos el tratamiento no sólo debe ser para el psicópata, sino también para su entorno primario, a modo de contención.
Bibliografía:
DSM IV, Valdez 1995
SEMIOLOGIA PSIQUIATRICA Y PSICOPATIA, Hugo Marietán Curso sobre psicopatía 1, año 2005.
PERFILES CRIMINALES, Raúl Osvaldo Torre, Daniel Héctor Silva – Dosyuna Ediciones Argentinas. 2006.
CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE PSICOPATOLOGÍA II, Héctor R. Fischer y Colaboradores. Centro Editor Argentino, 1997.
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