Dr. Jesús R. Toledano Toledano Unidad de Documentoscopia y Grafística - Brig. Pol. Científ. Profesor de la Escola de Postgrau de la UAB SUMARIO: 1. DEFINICIÓN DE DOCUMENTOSCOPIA. 2. ÁMBITO DE ACTUACIÓN DE LA DOCUMENTOSCOPIA. 3. BASES TÉCNICAS SOBRE LAS QUE SE ARTICULAN LOS EXÁMENES DOCUMENTOSCÓPICOS . 4.LIMITACIONES DE LA DOCUMENTOSCOPIA. 5. CONCLUSIONES. En el desempeño de sus funciones, el órgano jurisdiccional competente necesita ocasionalmente auxiliarse de especialistas que, por sus específicos conocimientos, les puedan ilustrar sobre determinadas materias ajenas al concreto saber jurídico. Con ello el citado órgano pretende obtener una opinión, una valoración técnica, sobre aspectos concretos que concurren en los hechos y que en última instancia alcanzarán o no, relevancia jurídica. Conocimientos no jurídicos que normalmente se van a manifestar en el proceso a través de la denominada prueba pericial. No obstante, no es el objetivo de este estudio el abarcar la diversidad de pruebas de esta naturaleza, sino que se centrará de manera puntual sobre aquella pericia que recae sobre la autenticidad o falsedad de los documentos, y de un modo general sobre las manipulaciones fraudulentas de que hayan podido ser objeto. En la elaboración de este tipo de pruebas conviven, en la realidad de la práctica jurídica, las que provienen de los profesionales independientes formados en esta materia, junto con las confeccionadas por los integrantes de los laboratorios oficiales[1]. La visión de la Documentoscopia que se pretende ofrecer a lo largo de estas páginas, está dirigida tanto a los estudiosos en la materia, como a los legos, ya sean profesionales del Derecho, u otros profesionales, interesados en esta materia y que no tienen porque conocer los aspectos técnicos de la misma al nivel del especialista, pero sí que deben saber en que consiste, que utilidad puede tener para ellos y especialmente cual es su fiabilidad. Para alcanzar este objetivo se ha optado por emplear un enfoque directo y lo más práctico posible, con referencia razonable a aspectos de tipo técnico y abordando cuestiones que entiendo suscitan el máximo interés, y no están exentas de intensas polémicas con ocasión de periciales contrapuestas. 1. DEFINICIÓN DE DOCUMENTOSCOPIA. El vocablo Documentoscopia, es una formación híbrida que proviene del latín documentus y del griego copain. José y Celso DEL PICCHIA[2], en su obra justifican la utilización de esta denominación en base a la necesidad de la sustitución de otras acepciones restringidas o erróneas, por una en la que tuviera cabida plenamente la diversidad de exámenes de los que pueden ser objeto los documentos. Para los citados autores, con esta palabra se designa “la disciplina relativa a la aplicación práctica y metódica de los conocimientos científicos, teniendo como objetivo verificar la autenticidad o determinar la autoría de los documentos”. Por su parte, MÉNDEZ BAQUERO[3] define la Documentoscopia como "la técnica que trata de establecer, mediante una metodología propia, la autenticidad de escritos y documentos y determinar, cuando sea posible, la identidad de sus autores". Su campo de actuación es muy amplio, abarcando la investigación de todo tipo de documentos con el fin de tratar de determinar su autenticidad o falsedad[4]. Las definiciones señaladas, tienen en común la vocación de querer dar cabida a todo tipo de estudios que tengan por objeto los documentos. Se persigue con ello que los avances tecnológicos no puedan abrir una brecha que sustraiga del ámbito de la Documentoscopia cualquier examen de esta índole. El profano en la materia debe tener presente que de la misma forma que las armas de fuego o los cadáveres "hablan" a los técnicos, que en cada caso han de llevar a cabo su estudio, los documentos también tienen su lenguaje propio, de manera que ha de ser el especialista el que asuma la responsabilidad de “traducir” correctamente todo aquello que los documentos le revelan, para hacerlo comprensible a los legos en este campo. 2. ÁMBITO DE ACTUACIÓN DE LA DOCUMENTOSCOPIA. La enumeración que se va a efectuar acerca del contenido actual de la Documentoscopia, constituye una relación abierta, orientativa, que pretende ser tan solo expresiva de las posibilidades que tiene la pericia, pues no debe olvidarse que la investigación está siempre subordinada a la aparición de nuevas modalidades delictivas, que son en última instancia las que mueven al perito a usar las técnicas de que dispone, para así contrarrestar los efectos negativos que aquellas producen en el tráfico jurídico fiduciario. En este sentido, cabe señalar los ámbitos de trabajo siguientes: a) Producciones manuscritas. Aquí se integraría el estudio tanto de textos, como de firmas. La naturaleza de los documentos donde se plasman las citadas producciones, es de lo más variada, abarcando desde el anónimo con amenazas, hasta la firma en la escritura notarial, pasando por la escritura y firma que cumplimenta el cheque, la firma del acepto de la letra de cambio, los textos de las recetas de psicotrópicos, las pintadas en paredes, etc. . b) Documentos mercantiles. Cheques bancarios, cheques de viaje, letras de cambio, pagarés, etc. El estudio en este caso no va a recaer sobre la cumplimentación manuscrita de los mismos (pues en ese supuesto entraríamos en el ámbito del punto anterior), sino que afectará a cualquier otro tipo de manipulación fraudulenta de que hayan sido objeto (lavados con productos químicos, borrados, añadidos, intercalados, confección íntegramente falsa del documento, etc.). c) Documentos de identidad de todo tipo. Pasaporte (nacional y extranjeros), D.N.I., cartas de identidad extranjeras, títulos de viaje, etc. La manipulación más habitual de que suele ser objeto este tipo de documentos por parte del falsario, consiste en la sustitución de la fotografía del titular en el documento auténtico. Operatoria que es acompañada en ocasiones por la modificación de la fecha de nacimiento, con el fin de acomodar tal extremo a la apariencia física del sujeto que aparece en la fotografía. La conducta indicada puede implicar la imitación parcial de las estampaciones de sello húmedo o en seco, que suelen afectar la fotografía del citado titular. También puede presentarse, si bien no de forma tan habitual dada la dificultad que conlleva, la falsificación integral de documentos de identidad. d) Documentos cuyos textos están confeccionados por procedimientos mecánicos. Máquinas de escribir (primera y segunda generación), impresoras, procedimientos de artes gráficas, etc. La pericia que suele desarrollarse en este terreno y en especial en lo que se refiere a las máquinas de escribir electrónicas e impresoras (ya que son los casos que podemos vivir con más frecuencia), presenta una serie de dificultades, no siempre superables, provocadas por la avanzada tecnología empleada en las mismas, lo que las convierte en instrumentos de una precisión extraordinaria. e) Documentos consistentes en billetes de banco, tarjetas de crédito, permisos de conducción nacionales y extranjeros, décimos de lotería, cupones de la ONCE, tarjetas de transportes públicos, estudios sobre estampaciones de sellos tanto húmedos como secos, etc. La mayor incidencia de alteraciones fraudulentas dentro de este grupo de elementos mencionado a modo de ejemplo, recae especialmente sobre el papel moneda, que se fabrica de manera fraudulenta usando sistemas de offset y fotocopiadoras a color. 3. BASES TÉCNICAS SOBRE LAS QUE SE ARTICULAN LOS EXÁMENES DOCUMENTOSCÓPICOS. Como se ha apuntado anteriormente, bajo la expresión Documentoscopia conviven dos tipos de pericia, cada una con un perfil propio y diferenciado de la otra, pero unidas por un elemento común básico, el documento, sobre el que recae el examen. Elemento común en el que pueden converger ambos estudios[5] y conseguir de esta manera que la pericia alcance su plena dimensión. En coherencia con ese doble perfil, las teorías y las sistemáticas de trabajo son distintas en uno y otro caso. 3.1 Pericia grafocrítica. Antes de efectuar una enumeración de los principales métodos de análisis del grafismo con finalidad identificativa, es necesario precisar dos aspectos centrales. El primero, para transmitir la idea fundamental de que la escritura es una manifestación personal del ser humano e irrepetible por terceros, que como tal viene a representarlo y a diferenciarlo de los demás. En este sentido, VILLALAIN[6] señala que“el gesto grafo escritural, como tal, es una gráfica biológica complejísima, expresión de la personalidad de un sujeto, en la que se integran sistemas, órganos e impulsos procedentes de toda la economía del sujeto, viscerales, sensitivos, sensoriales, endocrinales, motóricos y psíquicos, superficiales y profundos, en los que prácticamente toda la economía humana interviene”.Y el segundo, para llamar la atención acerca de las numerosas vertientes por las que se desarrolla el estudio del grafismo, y que reciben denominaciones distintas en función de la finalidad perseguida[7]. Muestra de esta variedad la hallamos en la clasificación que efectúa DEL VAL LATIERRO[8], y que se estructura del modo siguiente: a) Grafopsicología o grafología. Denominación que se le otorga a los estudios del grafismo encaminados a establecer aspectos psicológicos del autor de la muestra escritural. b) Grafocrítica. Término empleado para hacer referencia a los exámenes acerca de la autenticidad o no, del documento moderno. c) Diplomática. Denominación que se da al estudio del grafismo para establecer la autenticidad o no, del documento antiguo. d) Grafofisiología. Tiene como finalidad el conocimiento de aspectos fisiológicos del sujeto relacionados con la escritura[9]. e) Grafonomía. Que se ocupa de clasificar y denominar el grafismo y sus partes, con arreglo a sus constantes predominantes. Además de las expresiones señaladas, que vienen a representar enfoques metodológicos concretos en el análisis del grafismo, también hallamos otras tales como Grafometría, que es la denominación empleada por LOCARD[10] para referirse al análisis gráfico que tiene por objeto descubrir los caracteres cuantitativos proporcionales que definen un escrito, y que el falsario no puede modificar porque no son aparentes; Caligrafía, o arte de escribir bellamente; Criptografía, o escritura en clave, etc. En cualquier caso, con la presente enumeración no se agotan los sistemas ideados y aplicados a los estudios de esta naturaleza, si bien los citados son muestra relevante de los más significativos. Las precisiones precedentes nos sitúan claramente en un escenario en el que una vez asumido el carácter personal e individualizador del grafismo, debemos centrarnos en la vertiente del examen de la escritura que persigue fijar el común o dispar origen de la misma[11]. De entre los numerosos métodos existentes, el grafonómico quizás sea el que más ventajas pueda presentar en esta labor de identificación. No obstante, el especialista no debe descartar acudir a otro método con la finalidad de adquirir, si es necesario, plena convicción acerca de la autoría de la producción gráfica objeto de pericia[12]. La sistemática a seguir se articulará sobre la base de la observación y la comparación de los materiales sometidos a consideración. 3.2 Pericia documental[13]. El método de análisis que se sigue en la elaboración de los estudios de esta naturaleza, se estructura en dos fases perfectamente diferenciadas. La primera, en la que se lleva a cabo una minuciosa observación del elemento; y la segunda, en la que se practica una detallada comparación del mencionado elemento con facsímiles fehacientemente auténticos, todo ello con el auxilio del instrumental adecuado. 3.2.1 A través de la observación, se efectúa una valoración del documento objeto de pericia, de manera que se puedan constatar las características generales del mismo. La primera observación que se ejecuta es la macroscópica que, aunque puede resultar obvia, arroja desde un primer momento la impresión que para el “hombre medio” merece el elemento objeto de examen[14]. A continuación, la observación desciende al análisis de los aspectos de detalle, que necesariamente deberá practicarse con el auxilio de instrumental técnico[15] h) Por último indicar que es muy conveniente disponer de un medidor del espesor del papel (papirómetro), lo que facilitará la realización de una serie de valoraciones acerca del mismo. . Este proceso será de utilidad para constatar la presencia no ya solo de medidas de seguridad propiamente dichas (marca de agua, fluorescencia general, tintas invisibles etc.), sino también de aspectos relativos a la calidad de todos y cada uno de los elementos que concurren en la confección del documento dubitado. En definitiva, la minuciosidad del estudio no solo va a reparar en extremos significativos en la elaboración del documento, sino que se va a recrear en el análisis de la textura y trama del papel, su flexibilidad, grosor, etc.; sistemas de impresión utilizados, calidad, color, fijación y respuestas de las tintas ante diferentes fuentes de iluminación; calidad y perfección de los textos impresos; calidad de las leyendas y/o motivos del fondo de seguridad, etc. La valoración de los aspectos enumerados nos proporcionará una base absolutamente objetiva, para considerar en principio que nos podemos encontrar ante un documento auténtico o falso. 3.2.2 La impresión fundamentada que el especialista ha obtenido a través de la operatoria descrita, para que adquiera la consideración de categórica deberá ser avalada, en la generalidad de los casos, por el resultado de la comparación del elemento dubitado con otro fehacientemente auténtico de idéntica clase. El porqué de la necesidad de este ulterior proceso, obedece a que la observación macroscópica y de detalle nos facilita la información sobre la presencia en el elemento controvertido de una serie de medidas, que entran dentro de lo que podríamos denominar "medidas estándar de confección y seguridad" en la elaboración del documento. Medidas que no tienen porque concurrir en la confección de todos y cada unos de los elementos auténticos de similar naturaleza y en el mismo número (p.e. pasaportes de diferentes países), sino que en función de las directrices de las autoridades competentes, tales documentos podrán llevar incorporadas más o menos sistemas que garanticen su autenticidad. Si no es posible el cotejo al que se hace referencia, la prudencia y el juicio objetivo del especialista deben obligarle a establecer sus conclusiones con un mínimo de reservas, antes de dejar de elaborar el informe por carecer de pieza indubitada, ya que se considera que la constatación de la presencia de medidas estándar en el documento, son un indicio muy importante que apunta hacia su autenticidad. 3.2.3 Las dos fases del examen técnico que se acaban de comentar, se plasman en lo que propiamente es el “cuerpo” del informe[16], respetando en la medida de lo posible el orden de aplicación de las mismas. El estudio se moverá de lo general a lo particular, y de la constatación de que nos hallamos ante un “formato” auténtico de soporte, a la exploración encaminada a detectar la presencia de irregularidades de carácter fraudulento y que recaigan sobre aspectos esenciales del elemento a peritar. Por consiguiente, si nos planteamos la solicitud de la autoridad judicial acerca de la autenticidad o falsedad de un pasaporte de un Estado extranjero, el primer paso será determinar si nos hallamos o no, ante un formato auténtico de documento de esa clase. En el supuesto de que no sea así, el estudio se da por finalizado estableciéndose como conclusión que se trata de un documento íntegramente falso; en caso contrario, cuando el estudio revela que estamos ante un formato auténtico, el examen abordará la observación minuciosa de aspectos puntuales, con el fin de revelar o no la presencia de irregularidades fraudulentas que recaigan sobre extremos esenciales del documento. 4. LIMITACIONES DE LA DOCUMENTOSCOPIA. Si con los apartados anteriores se ha pretendido dar a conocer de una forma concisa pero completa, los fundamentos de esta pericia y las herramientas de que se vale el especialista para llevar a cabo un trabajo riguroso y fiable. El presente, quiere reforzar esa impresión de rigurosidad que se ha tratado de transmitir, reconociendo que existe, en determinados casos, una línea fronteriza que separa la conclusión seria y fundamentada de aquella otra con deficiencias argumentales en las que pueda sustentarse de manera fiable. Por ello, con la alusión a los límites de la Documentoscopia se quiere hacer referencia a una serie de supuestos, en los que las distintas metodologías y técnicas o no encuentran una solución fiable, o son insuficientes por sí solas para resolver de forma categórica la cuestión planteada. Dentro de las situaciones que merecen ser calificadas de este modo, se van a poner de relieve aquellas más significativas y que mayor incidencia tienen en la vertiente de la pericia tanto grafocrítica como de documentos. 4.1 Pericia grafocrítica. 4.1.1 Material inadecuado. El supuesto tipo de esta pericia va a ser aquel en el que partiendo de una producción gráfica (texto y/o firma) anónima, o presuntamente efectuada por una persona, se ha de tratar de establecer la autoría de la misma con relación a terceras personas o al hipotético titular. En el escenario descrito, la limitación insalvable que se va a encontrar es aquella en la que los desarrollos escriturales controvertidos carecen de la necesaria aportación gráfica. Deficiencia que puede ser originada por la escasez de elementos a examinar; por la artificiosidad indiscutible en la construcción de los mismos, lo que oculta la verdadera impronta gráfica del autor; o por cualquier otra causa que dé lugar a esa insuficiencia de parámetros escriturales para ser empleados en la labor de cotejo. Este inconveniente por afectar al material dudoso no es superable, y nada tiene que ver con la inidoneidad que en ocasiones presenta la documentación cierta a usar en la pericia, siendo esta una circunstancia subsanable con solicitar nuevo material, hasta que el técnico considere que es el adecuado para el caso en cuestión. Dentro de este epígrafe es preciso dedicar unas líneas a hablar de las limitaciones que conlleva el tener que trabajar sobre material dubitado no original. Las reproducciones mediante sistemas de reprografía u otros procedimientos mecánicos, no son las mas adecuadas para llevar a cabo el examen técnico con la suficiente fiabilidad. Con esto no se quiere afirmar, en modo alguno, que no se pueda hacer la pericia con este material, sino tan sólo que habrá parámetros gráficos que no se podrán constatar en debida forma. Esta “minusvalía” de los elementos no originales, a mi juicio, no será salvable si el material no tiene bastante riqueza gráfica con la que poder compensar la situación inherente a la naturaleza de los citados elementos. Pero, en caso contrario, si estamos ante una muestra amplia de escritura, de calidad aceptable[17] y los desarrollos gráficos revelan la impronta gráfica del autor, no debe existir inconveniente alguno para emitir una conclusión fiable en el sentido del común o dispar origen escritural. Afirmación que debe ser entendida en el contexto exacto en el que se hace. Es decir, aquí el perito sólo podrá afirmar el común o dispar origen de la muestra gráfica, pero no así el hecho de que tal escritura asentada sobre el soporte en cuestión, no sea el resultado de una operación de montaje, a través de la cual se hace aparecer un texto en un documento que originalmente no lo contenía. Pero en cualquier caso, esta hipótesis que se debe dar a conocer en el informe, no menoscaba en nada la aseveración primera acerca de la escritura. Con el planteamiento anterior, se discrepa de la postura sostenida al respecto por ANTÓN BARBERÁ - MÉNDEZ BAQUERO[18], cuando afirman que las conclusiones emitidas con ocasión de una pericia grafocrítica sobre fotocopias, deben tener tan solo carácter orientador para el juzgador. No comparto una postura tan tajante al respecto, pues con ella se veda la posibilidad de dar respuesta a numerosos casos de esta naturaleza que se pueden resolver de modo fiable. Por contra, estimo que la postura más acertada es la valoración del caso puntual, fijando como límite inferior la extensión de la muestra escritural dotada de suficiente riqueza gráfica y todo ello dentro de una reproducción “aceptable”. Quizás, con un ejemplo pueda resultar más clara la idea que sostengo: A, manda un anónimo de contenido amenazador, consistente en fotocopia de dos folios de escritura manuscrita, en minúsculas, a buen ritmo, sin temblores, sin retoques, sin tachaduras, etc., en una palabra, espontánea; y A, escribe una nota de seis palabras, amenazando de muerte a una persona. En el primer caso, no tiene porque existir un inconveniente técnico insalvable, para hacer la pericia grafocrítica sobre grafías en fotocopia y dar una conclusión fiable; en cambio, en el segundo, el escenario ha cambiado sustancialmente, nos hallamos igualmente ante una reproducción mediante fotocopia pero los recursos disponibles son completamente distintos, lo que evidentemente condicionará la conclusión de manera total. 4.1.2 Coetaneidad del material a examinar. Si se parte de la base de que la escritura es una manifestación personal del ser humano, no podemos ignorar que ineludiblemente evoluciona con él. Es difícil poder precisar ese ritmo evolutivo, pero lo normal es que se desarrolle al unísono de aspectos tales como la formación de la personalidad (normalmente coincide con la primera etapa de la vida) y el transcurso de los años. En consecuencia, en el supuesto de un material dudoso datado hace quince, veinte años, es preciso disponer de escritura coetánea con aquel, especialmente si esa muestra corresponde a los años en los que aun estaba por interiorizarse y asumirse en forma debida la impronta gráfica personal; o siendo la muestra cuestionada de la etapa central de la vida, el material cierto de que se dispone corresponde a la vejez. Este distanciamiento en el tiempo entre el material a comparar puede implicar una barrera difícil de franquear con las garantías suficientes, debiéndose valorar puntualmente cada caso[19]. 4.2 Pericia documental. 4.2.1 Documentos consistentes en reproducciones mediante sistemas de reprografía: Fotocopias. El análisis documentoscópico siempre debe recaer sobre elementos originales, ya que las medidas que hemos acordado en calificar de "estándar de confección y seguridad", en ningún caso las vamos a encontrar en una reproducción de esta naturaleza. El especialista a través de su examen lo único que podrá llegar a determinar es que se encuentra ante una reproducción originada mediante este sistema, sin que en principio pueda efectuar valoraciones posteriores[20]. No obstante, esta afirmación debe será matizada, dado que en determinadas ocasiones la constatación de que nos encontramos ante una fotocopia es suficiente para afirmar que el elemento dubitado es falso (p.e. un billete de banco). La valoración efectuada es aplicable a la reproducción o confección de un documento mediante sistemas informáticos. 4.2.2 Superposición de trazos. La problemática que representa la superposición de trazos, ha sido y seguirá siendo un asunto cuya resolución no siempre es posible, y más en los tiempos actuales en los que los componentes de las diversas tintas son similares. La dificultad adquiere diversos grados en función de la naturaleza del cruzamiento ante el que nos encontremos, ya que cabe distinguir entre superposición homogénea y heterogénea. La primera, se produce con el empleo de útiles escriturales semejantes (p. e. bolígrafo y bolígrafo); y la segunda, que a su vez puede ser simple o compleja, se origina en el caso de la denominada simple, con la intersección, por ejemplo, de trazos fijados por dos plumas que contienen tintas diferentes; y en el caso de la denominada compleja, con la intersección de dos trazos que han sido fijados con instrumentos de tipo diferentes, como por ejemplo, un trazo de lápiz con un trazo de bolígrafo, o un trazo de tinta con un texto mecanografiado. Esta cuestión, a la vista de la breve presentación del escenario donde se desarrolla, nos hace ver que la dificultad del esclarecimiento en los cruzamientos más problemáticos (superposición homogénea), da lugar en numerosas ocasiones a intensas controversias por la concurrencia de posturas encontradas. En cualquier caso, la precaución a la hora de efectuar estos exámenes debe ser extrema. En este sentido se manifiesta OSBORN[21], cuando dice que “Una cautela especial es necesaria en la determinación de la secuencia de líneas de diferentes espesores o diferentes intensidades de color. Una línea pasada u oscura siempre parecerá estar por encima de una línea leve o vaga cuando se cruzan, y una línea pálida o de color claro siempre parecerá correr debajo de una línea negra en un cruzamiento”. Las diferentes técnicas que pueden ser aplicadas para abordar la resolución de este tema, las agruparemos en dos bloques en función de que impliquen o no, alteración del documento. La enumeración que a continuación se realiza no pretende ser exhaustiva, sino mínimamente representativa de los métodos más significativos que se ponen en práctica para la resolución de este problema. A. Técnicas que no alteran el documento[22]. a) Exámenes ópticos. Estos se realizarán con el microscopio estereoscópico utilizando iluminación episcópica oblicua, cuyo eje con el papel varía de 40 a 60 grados aproximadamente; iluminación episcópica perpendicular al papel (90 grados) e iluminación episcópica rasante (de 0 a 10 grados, aproximadamente). Estos exámenes se deben realizar en primer lugar, con luz blanca, y después se repiten utilizando filtros de colores destinados a aumentar o a reducir el contraste cromático. Las técnicas puramente ópticas son aplicables al estudio de todas las intersecciones que se han descrito, siendo recomendable su utilización en un primer análisis por su carácter no destructivo. b) Técnica de iluminación episcópica en ultravioleta, larga o corta y en infrarrojos. Para llevar a cabo este método es conveniente emplear un equipo integrado por las fuentes luminosas indicadas. Se funda esta técnica en el hecho de que en ciertos casos de intersecciones de trazos heterogéneos, nos podemos encontrar ante respuestas diferentes de las tintas que se cruzan. Los citados exámenes se basan en la hipótesis según la cual el poder reflectante-absorbente de un trazo en el terreno del ultravioleta, o del infrarrojo, se modifica en el lugar de la intersección, no interrumpiéndose la fluorescencia emitida por el trazo superior. Además de los sistemas citados, existen otros que se basan en el empleo de pantallas reticuladas (utilización de un filtro utilizado en fotografía publicitaria y destinado a crear efectos especiales), y en el estudio del denominado "pseudo bajo-relieve", que se auxilia especialmente de técnicas fotográficas. B. Técnicas que alteran el documento[23]. Las manipulaciones desarrolladas por el especialista que implican una modificación-destrucción del documento acriminado, solo deben llevarse a cabo cuando se cuenta con la debida autorización del órgano judicial competente, ya que la práctica de las mismas supondrá la imposibilidad de posteriores estudios, cuando menos en idénticas condiciones, por el mismo perito o por otros distintos[24]. En caso de contar con la mencionada autorización, necesariamente hay que registrar con el auxilio de técnicas fotográficas el estado original del documento y de la intersección, para que quede constancia fehaciente de sus circunstancias originales. Las diferentes técnicas que a continuación se van a mencionar suponen la alteración del elemento dubitado, bien por extracción de un trozo de papel en el lugar de la intersección, o bien por la acción de un producto sobre la intersección. En el primer caso, es el documento el que resultado dañado; mientras que en el segundo, es el documento y la intersección. a) Método por calco. Se basa en la utilización de técnicas fotográficas, en las que a través de un determinado proceso en teoría el primer trazo se apreciará interrumpido. b) Tratamiento con resina. La intersección de los trazos a estudiar se trata por una solución acuosa de resina, que tiene como finalidad inflar el papel con el objetivo de suprimir el surco originado por la presión ejercida durante la fijación del trazo. El material así tratado se somete a estudio microscópico-fotográfico. c) Estudio de los relieves. Consiste esta técnica en estudiar la intersección no ya sobre el documento propiamente, sino sobre una replica obtenida a través de un moldeado del relieve. En consecuencia, esta técnica sólo se podrá ensayar cuando nos encontremos ante intersecciones en las que los relieves resulten notorios. d) Técnica del microscopio electrónico de barrido. En este caso, la observación de los relieves encaminada a determinar el orden de los trazos, se efectúa mediante el microscopio electrónico de barrido. La muestra cuestionada debe ser previamente recortada del documento y sometida a un proceso de metalización para su posterior examen. Cuantas técnicas se han venido describiendo, tanto en su modalidad de no alteración como de alteración del documento, nos hacen ver la extrema complejidad de esta cuestión, por lo que se comparte plenamente la opinión de VILLANOVA[25], en el sentido de que no se pueden extraer opiniones generales con respecto al cruce de trazos para determinar su cronología, pues cada caso es particular y debe ser estudiado de modo minucioso y con independencia de los demás. El citado investigador, tras la práctica de un detallado estudio sobre más de doscientas muestras, reconoce que el problema no se encuentra resuelto en modo alguno, y que si bien en numerosos casos es posible llegar a una conclusión definitiva, sólidamente basada en fenómenos físicos demostrables; en otros muchos, las condiciones concretas del documento, de los trazos que se cruzan o de las circunstancias en que se escribieron los citados trazos, no permiten pronunciarse con seguridad. La postura más razonable en vista de lo anterior, sería aquella en la que se pudiera emitir la conclusión en base a la información obtenida con la aplicación de diferentes técnicas, compatibles entre sí y cuyo resultado fuese coincidente, para de esta manera avalar de modo incuestionable la fiabilidad de la misma. 4.3 Antigüedad de tintas. El interés que encierra encontrar respuesta a esta problemática, se centra en la necesidad de conocer en ocasiones la cronología de determinados documentos, que originan importantes repercusiones en el tráfico jurídico-fiduciario (un testamento hológrafo, un contrato, un reconocimiento de deuda, etc.). Al hablar de la edad de las tintas se debe distinguir entre la edad absoluta, que se refiere al tiempo transcurrido desde su fabricación hasta el momento de su estudio; y la edad relativa, que es la que fija la mayor o menor antigüedad de una tinta en relación a otra. Existen diferentes técnicas a través de las cuales se trata de fijar este extremo. Durante los últimos años los procedimientos seguidos por los científicos en la investigación de este problema han sido muy variados, siendo los principales los siguientes: a) Proceso de desecación o fijación, que se basa en que el grado de sequedad de una tinta lo revela su grado de solubilidad o copiabilidad o capacidad para reproducirse; b) Proceso de oxidación de las tintas, se basa en el ennegrecimiento progresivo de las tintas, al transformarse sus colorantes; y c) Proceso de ionización o difusión, se basa en las investigaciones sobre la difusión de los cloruros y de los sulfatos que entran en la composición de numerosas tintas (se afirma que estos iones abandonan progresivamente los trazos para difundirse por el papel con una rapidez proporcional al tiempo). Sin embargo, las técnicas citadas muestran deficiencias, ya que la fiabilidad de las mismas no se puede garantizar debido a la potencial incidencia de una serie de variables imposibles de cuantificar, que repercuten negativamente en la rigurosidad de las conclusiones a emitir. Así, aspectos tales como las condiciones ambientales relativas al tipo de luz que soporta el documento, grado de humedad, sequedad, calor, frío, o la acidez del papel, su grosor, etc, acaban por incidir de manera relevante en las técnicas descritas[26]. Además de los estudios mencionados, existen otros basados en las alteraciones que experimentan los colorantes orgánicos debido a las condiciones de luz y humedad. Estas investigaciones fueron llevadas a cabo por los doctores IYENGARN y MAITI[27], quienes a pesar de la laboriosidad de las mismas, acabaron por reconocer que ninguno de los procedimientos aplicados en la resolución de esta problemática ofrecía las garantías suficientes. Por todo ello, en la actualidad el establecimiento categórico de la antigüedad de tintas es una asignatura no resuelta, pues las soluciones que se proponen en algunos tratados tradicionales sobre esta materia, hoy en día carecen de la validez necesaria dado que las tintas y los instrumentos de escritura han variado de manera esencial[28]. La única respuesta fiable a este tipo de problemas se obtendría tan sólo en muy contados casos, en los que los investigadores conociesen todas las variables que inciden y pudiesen cuantificar su impacto. Estas circunstancias nos sitúan necesariamente ante casos de laboratorio, en los que además es necesario contar con tintas de referencia conservadas en idénticas condiciones que la muestra problema. Todas las exigencias planteadas para poder obtener una solución fiable, nos alejan, que duda cabe, de la realidad en la que se produce esta problemática. En definitiva, la antigüedad de las actuales tintas secas de escribir, sigue siendo una cuestión pendiente de la Documentoscopia, evidentemente compartida con igual interés y preocupación por los técnicos de los Laboratorios Químicos de Criminalística que, por su específica preparación científica, son los que asumen el mayor protagonismo en la investigación[29]. 5. CONCLUSIONES. A lo largo de las páginas precedentes, se ha intentado mostrar de una manera clara y directa que es y cómo se vive la Documentoscopia, vista de una forma objetiva y sin haber querido abordar en esta presentación de la materia casuística muy interesante al respecto, dado que por su especial interés se hace merecedora de un estudio por separado. Ahora, es suficiente con que se hayan podido transmitir, en especial al lego en la materia, dos ideas básicas, a saber: Que la Documentoscopia tanto en su vertiente del análisis grafocrítico de la escritura, como en la pericia documental propiamente dicha, se sustenta en unas bases sólidas, científicas y técnicas, contrastadas sin ningún género de duda. Que el reconocimiento de la existencia de una serie de límites, que inciden de manera relevante en la elaboración de los exámenes documentoscópicos, se debe interpretar como aval de la seriedad y fiabilidad que merece el trabajo realizado con arreglo a una sistemática adecuada, y siempre al servicio de la plasmación rigurosa y fiable de todo aquello que nos transmiten los documentos. BIBLIOGRAFÍA. ANTÓN BARBERÁ-DE LUIS Y TURÉGANO, “Policía Científica Vol. II”, Tirant lo Blanch, Valencia 1993. ANTÓN BARBERÁ-MÉNDEZ BAQUERO, : “Análisis de textos manuscritos, firmas y alteraciones documentales”, Tirant lo Blanch, Valencia, 1998. DEL PICCHIA, José : “Tratado de Documentoscopia. La falsedad documental”, La Rocca, Buenos Aires, 1993. DEL VAL LATIERRO, F. : “Grafocrítica. El documento, la escritura y su proyección forense”, Tecnos, Madrid, 1963. ESCRIBANO, M. “Análisis de tintas”, Revista Policía Española, Sección Ciencia y Técnica, Junio, 1984. GAYET, J. : “Manual de Policía Científica”, Zeus, 1962. IYENGARN-MAITI : “Métodos para determinar la edad de las tintas”, Revista O.I.C.P., 1968. LOCARD, E. : “ Manual de Técnica Policiaca”, José Montesó, Barcelona, 1963. MATHYER, J. : “El problema de la determinación del orden de sucesión de trazos que se cruzan”, Revista O.I.C.P., Noviembre, 1980. MEGENVAND y otros : “Sucesión de trazos y cintas corregibles”, Revista O.I.C.P. , Octubre, 1986. MÉNDEZ BAQUERO, F. : “Documentoscopia”, División de Formación y Perfeccionamiento de la D.G.P., Ministerio Interior, 1994. VELS, A. : “Diccionario de grafología y términos psicológicos afines”, Herder, Barcelona, 1983. VETTORAZZO, B. : “La inspección de documentos bajo luz filtrada”, título de la ponencia expuesta durante la celebración del II Seminario sobre Delincuencia y Fraudes Bancarios, celebrado en Madrid en Noviembre de 1984. VILLALAIN BLANCO y otros : “Presente de la peritación: el peritaje gráfico”, Revista Española de Medicina Legal, nº, 10-11, 1977. VILLANOVA, A.C. : “La superposición de trazos. Determinación del orden cronológico”, Revista O.I.C.P. , Octubre, 1980. -------------------------------------------------------------------------------- [1]Laboratorios de Criminalística del Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil, Policías Autonómicas, etc. [2]DEL PICCHIA, José y Celso, “Tratado de Documentoscopia. La falsedad documental”, La Rocca, Buenos Aires, 1993, p. 36. [3]MÉNDEZ BAQUERO, F., “Documentoscopia”, en Estudios de Policía Científica, División de Formación y Perfeccionamiento de la D.G.P., Ministerio del Interior, 1994, p.14. [4]El término “documento” se emplea en un sentido amplio, acogiendo no sólo elementos físicos confeccionados con rasgos escriturales convencionales y que expresan una manifestación de voluntad de la que pueden derivarse consecuencias jurídicas; sino además, también a aquellos otros elementos de carácter físico que efectuados de forma impresa o mecánica, contienen manifestaciones o compromisos con efectos dentro del tráfico jurídico fiduciario. La descripción de documento recogida en el art. 26 CP, (todo soporte material que exprese o incorpore datos, hechos o narraciones con eficacia probatoria o cualquier otro tipo de relevancia jurídica), es perfectamente ilustrativa de la idea de documento que nos interesa a efectos de la pericia de Documentoscopia, si bien hay que restringir su alcance, ya que quedan al margen del área propia de la pericia aquellos elementos tales como diskettes de ordenador, cuyo examen excede el saber específico de esta especialidad. [5]Imaginemos una pericia encaminada a tratar de establecer por una lado la autenticidad de un documento de identidad; y por otro, el común o dispar origen escritural de la firma que obra en el documento en relación a las que aparecen en unos cheques de viaje. [6]VILLALAIN BLANCO-MUÑOZ TUERO-MOYA PUEYO, “Presente de la peritación: el peritaje gráfico”, Revista Española de Medicina Legal, Enero-Junio, 1977, nº 10-11, año IV, p. 58; abundando en el sentido de la indiscutible importancia de la escritura como representación del sujeto que la realiza, encontramos innumerables monografías sobre grafopalogía, en las que se estudia el reflejo de las patologías en la escritura de la persona. Así, cabe mencionar entre otras las obras de Matilde Ras, “Lo que sabemos de grafopatología” , Madrid, 1968; y de Alberto Posada Ángel, “Grafología y Grafopatología”, Madrid, 1977. [7]Se entiende que es fundamental estar mínimamente familiarizado con la terminología variada que se desarrolla en torno al estudio del grafismo, pues cada vocablo tiene una dimensión propia y diferenciada con respecto a los demás. [8]DEL VAL LATIERRO, F, op. cit. p. 8 y S.S. [9]Vid. también VELS, A. “Diccionario de Grafología y términos psicológicos afines”, Herder, Barcelona, 1983, p. 15, en donde se indica el alcance de esta rama del examen del grafismo, que se ocupa concretamente de la localización y estudio de los movimientos gráficos, según su origen cerebral y su trayectoria a través de los centros musculares y de la mano. [10]LOCARD, E., “Manual de Técnica Policíaca”, José Montesó, 4ª ed., Barcelona, 1963, p.231 y ss. [11]En función de los países o de los autores, encontramos con sentido equivalente al vocablo grafocrítica, expresiones tales como grafística, grafotécnica o pericia gráfica. [12]Vid. ANTÓN BARBERÁ-MÉNDEZ BAQUERO, “Análisis de textos manuscritos, firmas y alteraciones documentales”, Tirant lo Blanch, Valencia, 1998, p. 126 y ss. , en donde junto a un detallado examen de los métodos aplicables, se señalan los aspectos positivos y negativos de cada uno de ellos en la vertiente del estudio gráfico con finalidad identificativa. [13]Se utilizará la expresión “pericia documental” únicamente para referirnos al examen que recae sobre documentos con la finalidad de establecer la presencia o no, de irregularidades o manipulaciones de naturaleza fraudulenta y, en consecuencia, predicar la autenticidad o falsedad de los elementos en cuestión. [14]Cuestión interesante que merece ser tomada en consideración, ya que normalmente en el momento de la reproducción de la prueba ante el Tribunal, tiene una especial relevancia discernir si no hallamos ante un elemento que en ningún caso puede inducir a error a su destinatario (billete falso con un valor facial de 1100 pesetas); o bien, por el contrario si que puede producir el engaño en la persona que lo recibe. [15] Como no podía de otro modo, el especialista necesita auxiliarse de una serie de medios técnicos, que son fundamentales para poder valorar aspectos que la observación macroscópica, a simple vista, sin ayuda de instrumento alguno, no alcanza a percibir. Los conocimientos de los diversos métodos y técnicas no serán suficiente si no se dispone de este apoyo tecnológico. El instrumental que se califica de básico para abordar la pericia documentoscópica con la suficiente fiabilidad, tanto en vertiente grafocrítica como de pericia documental, entendemos que es el siguiente: a) Lupa manual de 6X, 8X y 10 aumentos. b) Fuente luminosa que emita radiación ultravioleta, concretamente la lámpara de Wood, que emite rayos ultravioletas de diferentes longitudes de onda, lo que nos permite detectar la presencia y normalidad o anormalidad de las medidas de seguridad fluorescentes. Medidas que suelen incorporar especialmente los documentos de identidad, papel moneda, etc. Al hablar de Fluorescencia nos referimos a una de las manifestaciones de la Luminiscencia, que consiste en la propiedad de ciertos cuerpos, que iluminados con una luz de determinada longitud de onda, tienen la facultad de emitir radiaciones luminosas de longitud de onda superior a la de la fuente luminosa. b) Es obligado disponer también de un equipo técnico dotado de diferentes fuentes luminosas, y en especial aquellas que se mueven por encima y por debajo del espectro de la luz visible. Así, si consideramos que el espectro de la citada luz se sitúa entre 650 y 420 nanómetros, se va a precisar una fuente luminosa ultravioleta que se localiza por debajo del espectro indicado, concretamente entre 420 y 20 nanómetros; y otra infrarroja, que se encuentra por encima de la luz visible, entre los 10.000 y 650 nanómetros. Estas fuentes luminosas que son básicas para el estudio de determinados aspectos de los documentos, pueden complementarse con otra cuyo espectro se mueva dentro de la luz visible. En cualquier caso, se requiere que tales fuentes luminosas se articulen en un conjunto integrado, que permita el filtraje variable de las distintas iluminaciones y que a la vez nos facilite, a través de un monitor, la observación de la respuesta que nos dé el elemento objeto de pericia. El equipo que se acaba de describir, servirá para establecer la fluorescencia de las tintas; podrá revelar alteraciones con productos químicos que hayan sido aplicados para modificar algún aspecto del documento; igualmente facilitará la visualización de medidas de seguridad sólo apreciables con estas fuentes luminosas, así mismo contribuirá al desciframiento de tintas invisibles, etc; en particular, la infrarroja, será de utilidad para el estudio comparativo de tintas, detección de añadidos y retoques, lectura de textos tachados, etc. Acerca de la necesidad de efectuar el examen de los documentos bajo distintas fuentes luminosas, resultan interesantes las observaciones que Bruno Vettorazzo formula durante la exposición de su ponencia “La inspección de documentos bajo luz filtrada”, que tiene lugar en el transcurso del II Seminario sobre Delincuencia y Fraudes Bancarios, celebrado en Madrid en Noviembre de 1984. d) El microscopio estereoscópico, resulta absolutamente imprescindible para profundizar en la observación de aspectos tales como levantamientos de fibras del papel, perdida de dibujos del fondo de seguridad, etc.; y en el caso puntual de la escritura, facilitará la visualización sin duda alguna de reenganches, de retoques, falsificaciones realizadas por calco, etc.. e) El microscopio de comparación, a pesar de estimarse como básico en un laboratorio de Documentoscopia bien dotado, no se puede calificar como de útil imprescindible. Su empleo permite examinar simultáneamente similares aspectos coincidentes o discrepantes de los documentos objeto de cotejo. Así, se pone de relieve de modo incontrovertible la coincidencia o discrepancia entre los mismos. f) Dentro de este apartado de instrumental aconsejable pero no imprescindible, se comprende el Reproductor de Escritura Identada. Este instrumento sirve para revelar, sin deterioro del soporte, los relieves dejados por la presión al realizar la escritura sobre una base blanda; por ejemplo, las marcas dejadas en el papel que sirvió de apoyo a la nota manuscrita conteniendo amenazas. g) El Medidor de perfiles encuentra aplicación en la Documentoscopia para efectuar la medición de las letras, de las leyendas de los sellos húmedos, de los sellos secos, etc. [16]Este “cuerpo” del informe, vendría a ser lo que se establece en el art. 478 de la L.E.Cr., donde en su punto 2 dice que el informe pericial comprenderá “Relación detallada de todas las operaciones practicadas por los peritos y de su resultado...”. [17]Con esta expresión se quiere hacer referencia a aquella fotocopia de un texto manuscrito, en la que no se aprecie perdida evidente de los trazos por fallos mecánicos en la reproducción, ni tampoco manchas de toner que impiden apreciar las grafías. Aspectos que apuntan de manera indiscutible hacia un mal funcionamiento de la máquina y que convierte en muy poco fiable la plasmación gráfica que se aprecia sobre el papel. [18]ANTÓN BARBERÁ-MÉNDEZ BAQUERO, “Análisis de textos manuscritos, firmas y alteraciones documentales”, op. cit. p. 43 y s. [19]Vid. DEL PICCHIA, J. y C., “Tratado de Documentoscopia. La falsedad documental”, op. cit. p. 108, en donde estos autores reconocen tres fases diferenciadas en la evolución del grafismo, que se corresponden con tres tipos gráficos. La escritura escolar, caracterizada por la lentitud en su ejecución y las formas siguen los modelos caligráficos; la escritura madura, que se alcanza cuando se adquiere el automatismo, sucediéndose los gestos gráficos con naturalidad y en ocasiones con cierta rapidez; y por último, la escritura senil, en la que los temblores llamados seniles aparecen de manera constante, siendo apreciables de modo especial en los trazos ascendentes e incluso en los laterales, operándose en ciertos casos una ligera disminución del tamaño de las grafías. Respecto de los temblores que se manifiestan en la etapa senil de la escritura, estimo conveniente matizar que la valoración de los mismos se debe efectuar con extremo cuidado, pues la presencia de temblores en los trazos también se manifiesta en relación a determinadas enfermedades, si bien con un perfil matizadamente distinto, pero puede inducir a error. Lo señalado, se circunscribe a un contexto de modificaciones naturales de la escritura, siendo una cuestión distinta la relativa a las denominadas modificaciones fraudulentas del grafismo y que se provocan de modo intencional por el sujeto. [20] Una fotocopia en color del D.N.I. de España no es sinónimo de falsedad, ya que puede representar fielmente al original; o también, puede ser el resultado de un proceso de montaje, pero estos extremos normalmente no se pueden averiguar con el examen puramente técnico. [21]OSBORN, Albert S. “Questioned Documents”, 2ª Edición, p. 510 ( Citado por Del Picchia, “Tratado de Documentoscopia ...” op. cit., p. 364) [22]Vid. “MATHYER, J. “El problema de la determinación del orden de sucesión de dos trazos que se cruzan”, Rev. O.I.P.C., Noviembre, 1980, pp. 238 a 250; MEGENVAND-HURNI-TAPPOLET-MATHIER, “Sucesión de trazos y cintas corregibles”, Rev. O.I.P.C., Octubre de 1986, passim. [23]Vid. “MATHYER, J. “El problema de la determinación del orden de sucesión de dos trazos que se cruza”, op. cit. pp. 271 a 280. [24]Vid. art. 479 L.E.Cr. que dice: “Si los peritos tuvieren necesidad de destruir el documento o alterar los objetos que analicen, deberá conservarse, a ser posible, parte de ellos en poder del Juez para que, en caso necesario, pueda hacerse nuevo análisis”. [25]VILLANOVA. A.C., “La superposición de los trazos. Determinación del orden cronológico”, conferencia pronunciada en las Terceras Jornadas de Derecho Penal, celebradas en Francia en Octubre de 1980, Rev. O.I.P.C. , p. 214 y ss.. [26]Vid. GAYET, J. “Manual de Policía Científica”, Zeus, 1962, p. 411 y ss. [27]IYENGARN.K.-MAITI, P.C., “Métodos para determinar la edad de las tintas”, Rev. O.I.P.C. 1968, passim. [28]En este mismo sentido se manifiesta MÉNDEZ BAQUERO, F., en su tratado sobre “Documentoscopia”, op. cit. p. 21; también ANTÓN BARBERÁ-DE LUIS Y TURÉGANO, “Policía Científica Vol. II”, Tirant lo Blanch, Valencia 1993, p. 1227 y s.; y ANTÓN BARBERÁ-MÉNDEZ BAQUERO, en “Análisis de textos manuscritos, firmas y alteraciones documentales”, op. cit. p. 45. [29]Vid. ESCRIBANO, M. “Análisis de tintas”, en Rev. Policía Española, Sección Ciencia y Técnica, Junio, 1984, passim., quien desarrolla un interesante estudio sobre las tintas y su aplicación práctica a la investigación criminal. Por Cortesía del Dr. Jesús R. Toledano Toledano También nuestro agradecimiento a Mª Luz Puente "grafologiauniversitaria.com" | |
domingo, 13 de julio de 2008
Introducción a la DOCUMENTOSCOPIA
Editado por
Tony Roig
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